Evitemos la pólvora

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Todos estamos de acuerdo que el regocijo y la alegría que nos brindan las festividades navideñas, no deben desbordar la prudencia y el cuidado que debemos mantener en cada uno de los actos que compartamos con los integrantes de la familia. Que sea, de verdad, una navidad para el grato recuerdo, en especial de los niños. En ese sentido, es inevitable volver sobre el uso de la pólvora, en el que vale insistir una y mil veces, con tal de que haya conciencia entre los adultos y se evite esa tragedia absurda y dolorosa de ver a los menores quemados.

Esta es una conmemoración que invita al recogimiento, la unión familiar, las festividades con mesura y el disfrute de lo que ofrece la que sin duda es la época más especial del año. Y, como ya es costumbre, los centros urbanos engalanan sus calles, avenidas, parques, plazas y plazoletas; los centros comerciales se esmeran con adornos y guirnaldas para atraer a la gente, y el comercio se prepara para las celebraciones de fin de año.

El próximo martes, la sociedad colombiana celebra la noche de las velitas, en la que es frecuente que el ritual de encender velas se acompañe de pólvora, en la víspera de la fiesta de la Inmaculada Concepción de María. Y no solo de pólvora. Desafortunadamente, sigue siendo un lugar común en algunos hogares, la combinación de licores, viandas y voladores, muchas veces con consecuencias nefastas. Heridas cuya huella física y sicológica dura toda la vida. Y, con mucha frecuencia, son los niños quienes padecen la irresponsabilidad de los adultos.

Pero a este ambiente lo suelen rodear peligros, o demonios que nos llevan fácilmente de la fiesta al duelo. El reto es prevenir y reducir al máximo esos males, que son evitables, comenzando por la pólvora mal usada, pues no se trata de irse lanza en triste contra el milenario elemento, sino contra la manipulación torpe.

Por eso hay que reiterar la invitación anual a evitar la pólvora. A dejar su uso a los expertos debidamente capacitados y autorizados en los municipios donde están permitidos los espectáculos pirotécnicos. Valga recordar que debemos acatar las recomendaciones que nos brindan las autoridades sanitarias, para evitar el uso de la pólvora. Igualmente es importante que los padres de familia tengan presente las recomendaciones que emanan de los organismos de socorro y de las autoridades con el fin de evitar accidentes caseros que pueden ocasionar lesiones a los menores de edad por quemaduras.

Hay que revisar el balance de personas quemadas que se han presentado en Colombia, en otrora. Son preocupantes los casos que se presentaron en algunas regiones del país. De acuerdo con los informes del Instituto Nacional de Salud, en Colombia se presentaron en promedio anual, más de 600 lesionados. A pesar de los controles que ejercieron las autoridades, imperó la indisciplina social que ocasionaron incendios, menores intoxicadas personas fallecidas, adultos y niños que sufrieron amputaciones en sus miembros superiores, entre otros efectos contra su integridad física. Más de la mitad corresponden a menores de edad. La invitación: No a la pólvora.

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