La casa ofrecida por un gobernador y que nunca se recibió

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10 años después de la muerte del jugador Mario Fernando Beltrán, su progenitora recuerda que en el sepelio de su hijo querido, el gobernador de turno ofreció en el sepelio una casa que a la fecha aún, no ha recibido.

Por Guillermo León Sambony
Especial/ 24-7 Semanario

El pasado 20 de septiembre se cumplieron 10 años del infausto accidente de tránsito donde murieron los jugadores del Atlético Huila, Mario Fernando Beltrán y Hernán Córdoba, al estrellarse el automóvil en el que viajaban los futbolistas.

El grupo de futbolistas venía en su carro Aveo color negro y de placas COU 411 y que era conducido por Córdoba, chocó de frente contra un bus escalera de matrícula VZE 059 que según las investigaciones estaba parqueado a un costado de la vía Neiva – Rivera sin ningún tipo de señalización.

Hernán Córdoba.

Edinson Fernández, teniente del Cuerpo de Bomberos de Rivera, que llegó en menos de 10 minutos al sitio, afirmó que el choque fue de frente “pero el carro en el que iban los jugadores se deslizó y terminó debajo del bus escalera pegando las llantas traseras. El motor se desprendió y quedó alejado”. Las llamas alcanzaron los cinco metros de altura, precisó.

Fernández, aseguró que “el vehículo del futbolista fue el que inició la conflagración porque se afectó el tanque de gasolina”. El organismo de emergencia tuvo que romper el vehículo en partes para recuperar los cadáveres.

Córdoba, era de Palmira Valle, y al parecer su manager era Farid Mondragón, quien tenía la ilusión de llevarlo a jugar a Europa; según se conoció era el dueño del vehículo en que viajaban los jugadores la nefasta madrugada del accidente.

Hernán Córdoba era la gran figura del Atlético Huila en esa época, uno de los líderes de la Copa Mustang II, club al que llegó a préstamo, pues sus derechos deportivos pertenecían al Cali.

El atacante, que llevaba siete goles en el torneo y precisamente el sábado había marcado uno y había hecho el pase para el segundo en la victoria 2-1 del Huila sobre el Pereira, cumpliría 20 años el próximo 2 de noviembre y era una de las promesas del fútbol colombiano.

Dolor en Garzón

Por su parte Mario Fernando Beltrán, era garzoneño, y desde muy niño mostró sus dotes de crack, para jugar futbol, que muy pronto lo llevaron a integrar el equipo profesional del Huila.

El entierro en Garzón, de Mario Fernando, proveniente de una familia comercializadora de carne en la Capital Diocesana del Huila, fue uno de los más concurridos en los últimos años en este municipio.

Mario Fernando Beltrán.

Asistieron directivos y jugadores del Atlético Huila, el gobernador, diputados, el alcalde, políticos del Departamento, delegados de la Dimayor, y una gran cantidad de habitantes de Garzón, encabezados por la familia del jugador.

La misa exequial de Beltrán, con lleno total se llevó a cabo en la Catedral Diocesana, donde en medio de la ceremonia el gobernador de la época Luis Jorge ‘el Pajarito’ Sánchez, tomó la palabra y tras los pésames de rigor ofreció a la madre del difunto, una humilde mujer garzoneña, la entrega inmediata de una casa de interés social en el municipio.

El ofrecimiento del mandatario seccional mereció los aplausos de los asistentes a la ceremonia litúrgica y la bendición del obispo que oficiaba la misa al mandatario seccional.

Han pasado diez años y la promesa del gobernador de entonces se quedó en palabras porque hasta hoy la madre del futbolista no ha recibido nada. Es por ello, que hoy cobran más validez estas palabras “Ayer un juramento, mañana una traición…palabras de políticos, flor de un día son”

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