No es un chiste, decir que los huilenses estamos electrocutados, casi chamuscados por los altos precios del kilovatio hora, todos los días en alza, ya las familias sienten la necesidad de hacer menos uso de dicho derecho público tan esencial, ya es obligatorio ponerla en uso en las cosas estrictamente necesarias sin pasar a gozar de comodidades, tales como usar un ventilador o un aire acondicionado en una ciudad que supera los 36 grados centígrados, ya usar la licuadora es otro lujo, mejor hacer juguitos disolviendo las frutas, panela o frutiño, la nevera abrirla solo tres veces al día, la lavadora mejor venderla y seguir yendo al rio a lavar, la plancha para qué mejor lavar y extender de inmediato para arrugarla menos, la televisión no más, al menos eso nos evitara ver a diario noticias desagradables y las novelas al carajo y así mismo su rating.
La historia es simple, la civilización trajo consigo la oportunidad del acceso a servicios y productos necesarios para las personas, contraponiendo el costo beneficio, y eso se volvió tan común como decir que el agua antes nos sobraba y no costaba, ahora compramos sin alarmarnos una botellita de agua en dos mil a cinco mil pesos y eso ya no nos inmuta; sin embargo, las cosas ahora se ponen a otro precio, las familias tienen menos acceso a bienes y servicios por el alza en principio de la canasta básica familiar, comen menos, disfrutan de la vida menos, todo por la carrera de la modernidad y el sostenimiento de un Estado y unos gobiernos derrochadores y por cierto de unas empresas que procuran amasar grandes capitales en contra vía de los ciudadanos, llámese Emgesa, Enel, ElectroHuila, entre otras.
Dicho lo anterior es preciso señalar que hoy cuando ya el mundo se dio cuenta que sí podemos obtener energía a través de industrias menos dañinas contra el medio ambiente y por supuesto haciendo uso de alternativas menos costosas, nos detenemos y decimos que es un absurdo que las represas que producen la energía eléctrica que usamos el 95% de la población colombiana y Huilenses, sigan teniendo como único objetivo producir utilidades sin mirar a quienes se las proveen.
Me parece que llego la hora que ellos revisen de manera unilateral la posibilidad de reducir el precio de kilovatio hora, sé que no se afectan sus costos de sostenimiento, ni su inversión, pues el retorno es muy pronto, y sin embargo esa energía se produce con solo detener las aguas que corren por los ríos y que la misma naturaleza nos da sin que esas empresas hagan mas que embalsarla y hacerlas pasar por unas turbinas, y es por ello que deben no perder, sino reducir el margen de utilidades lo cual se traduce directamente en el precio en las facturas.
Termino colocando una situación real y palpable, es más, los invito a mis lectores a revisar sus últimos tres recibos de energía y encontraran que de manera inexplicable a todos se nos incrementa el consumo sabiendo cada uno de nosotros que al interior de nuestras casas nada a cambiado, siguen los mismos habitantes, se usa con restricciones pero no hay explicación, el valor en pesos del kilovatio tal vez suba conforme a los lineamientos de la Creg, pero nos cobran intereses de alumbrado publico y del mismo uso, un costo de alumbrado publico altísimo, pero todos pagamos sin chistar, sentimos que el poder dominante de estas empresa es absoluta, una petición ante ellos es perdida siempre tienen la razón, entonces la solución real esta en manos del actual presidente de los colombianos que de seguro es la solución no hay otra, que sea el mismo gobierno el que los obligue a bajar sus costos y sus utilidades, nunca los llevara a perder, nunca fracasaran por hacerlo, el que suma nunca pierde.
Pdta. Mientras tanto los del pacto histórico del Huila, que critican estas energías a través de embalses, ahora se pelean la dirección de la empresa que mas odian, que contradicción.
