Liderazgo y cultura: Mi Garzón

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Por Diana Montes

Soy Diana Lucía Montes y todas las semanas estaré compartiéndoles comentarios sobre temas de cultura e interés general, en torno a las necesidades y expectativas de las comunidades del Huila. Antes que nada, quiero contarles un poco de mi vida y mis raíces.

Soy abogada de la Universidad Surcolombiana, con especialización en Derecho Público en la Universidad Externado de Colombia. Tuve el privilegio de estudiar maestría en Derecho Público en la Universidad Carlos III de Madrid, España.  Actualmente curso doctorado en Administración Gerencial con la Universidad Benito Juárez de México. Mi formación profesional me ha llevado a trabajar tanto en el sector público como en el privado, desde hace 14 años.

Además de mi experiencia profesional, he tenido una sentida y directa relación con el campo. Formo parte de esa población generadora de cambio y de alimentos, trabajando en la producción de cultivos de aguacate, pitahaya, plátano y café, desde nuestra vereda Fátima en el municipio de Garzón. Allí he venido liderando acciones en busca de visibilizar las virtudes de la zona rural, pero también las necesidades que padece el campesinado. El mal estado de las vías terciarias, la falta de oportunidades, desigualdad en el acceso a la educación, escasez de vivienda, mínima regulación y vigilancia en los precios de los insumos agrícolas, entre otras problemáticas, agudizan la precariedad de la vida en el campo.

Hoy les cuento con orgullo que soy madre de dos hijos, Valeria y Jerónimo. Casada con José Armando Oliveros, oriundo de San Antonio del Pescado, centro poblado que, como muchos otros en Colombia, ha vivido de cerca el conflicto armado, pero también la resiliencia suficiente para dejar esos tiempos en el pasado.

Junto a la comunidad, hemos implementado habilidades y liderado acciones como estrategia para el desarrollo territorial. Procuramos hacer un llamado a visibilizar y empoderar a las personas desde el gobierno departamental y nacional, ante el abandono que han padecido los pueblos del Huila.

Estoy emocionada de compartir con ustedes vivencias, experiencias e historias del pasado y presente de mi Garzón, cuyo nombre -cuenta la leyenda- se originó porque en la laguna conocida en ese momento como Tocheré, apareció un ave especie de las garzas, muy agresiva, llamada “garzón”. Se dejó ver un tiempo y luego desapareció. La laguna pasó a llamarse Laguna de Garzón.

Hubo un debate histórico sobre si esa laguna realmente existió. A través de la revisión de documentos, el historiador garzoneño Rodrigo Silva Vargas, confirmó su existencia como también el hecho de que fue desecada.

Aunque el casco urbano del municipio está ubicado en lo que anteriormente se conocía como Garzoncito, el nombre de Garzón es más antiguo, dado que la primera escritura firmada en 1633 de lo que hoy son las tierras del municipio, fue suscrita en el «Hato y sitio de Garzón», mientras que las primeras referencias de Garzoncito datan de 1721. De esta manera sabemos que Garzón es la ciudad que emergió de una laguna.

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