Neiva de cara al rio
Mucho se ha hablado históricamente en nuestra ciudad de la necesidad de volcar la mirada hacia al río más importante de Colombia, el Magdalena, sin embargo, se ha quedado en meras intenciones sin que se logre tal objetivo, que Neiva le dé la cara al Rio Magdalena.
Si como ciudadanos entendiéramos el potencial del río como eje principal del desarrollo socio-económico, pero principalmente sostenible, donde se podría mejorar la calidad de vida de los habitantes de Neiva, sin tan solo se priorizará este proyecto tan relevante y de gran envergadura de seguro ya sería un hecho, es claro que tal vez ha faltado voluntad política, cooperación empresarial, pero además interés de los ciudadanos para hacer realidad este proyecto.
Lo cierto es que el Río Magdalena tiene un vínculo histórico con la ciudad y es una fuente de biodiversidad, cultura y recreo, sin embargo, Neiva ha crecido de espaldas a él, por lo que actualmente se encuentra en estado de deterioro y abandono.
Hoy resalto el ejercicio liderado por la Universidad Corhuila y la Escuela Superior de Arquitectura Avanzada, denominado “Taller del Río” el cual contó con el apoyo de oficinas de arquitectura, entidades públicas, privadas, el sector empresarial y la sociedad civil y tuvo como objetivo realizar un encuentro local, nacional e internacional entre el mundo de la academia, los empresarios y los profesionales del arte, el diseño y las ingenieras para repensar y plantear dinámicas e interacciones en la construcción de nuevos modelos de ciudad.
Gracias a este ejercicio, pudimos recordar una vez más el valor del río, como activo cultural, identitario y turístico, dicho evento dio como resultado prototipos de miradores cuyo mensaje claro es la recuperación del rio, la renovación del frente fluvial y la posibilidad de ver esta arteria fluvial como el eje del desarrollo de nuestra querida ciudad.
Recordemos que Neiva, es una ciudad que cuenta con una ubicación estratégica; posee una economía muy dinámica basada en el ecoturismo, gastronomía, industria y comercio, pero además cuenta con un potencial, el Río Magdalena como eje estructurador del espacio público.
Es tarea de los gobiernos locales, de la ciudadanía y de las diferentes fuerzas vivas de la ciudad, dar la importancia que merece el río y colocarlo como prioridad en la agenda de planes, programas y proyectos, para lograr la recuperación de este, devolviéndole el protagonismo que demanda su misma presencia y volcar hacia él todas las miradas para su contemplación, conservación, protección y restauración como sujeto de derecho reconocido judicialmente.