Coctel explosivo

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Por Juan Felipe Molano

En cada cambio de gobierno sea nacional o local, los ganadores y perdedores esperan que los cambios propuestos en el estilo y la forma de gobernar, los acompañantes del nuevo gobierno y las propuestas hechas en campaña se cumplan una a una y con creces, pues al mirarse en el espejo retrovisor  los electores, ellos esperan que al menos haya tenido sentido el haber defendido una causa por meses, años o décadas, haber construido enemistades, incluso haber perdido dinero.

Este el es caso del nuevo gobierno de Gustavo Petro, un gobierno que millones de colombianos esperaban que tuviera la oportunidad de gobernar y saber si es posible los cambios estructurales en materia de anticorrupción, hoy ya es una realidad con el poder en sus manos, entonces es urgente ver el camino que se traza desde sus mensajes en Twitter para obtener  un capitalismo humano, de tierras para los campesinos que no la tienen, de auxilios o subsidios o al menos regulación en el precio de fertilizantes, sostenimiento y creación de nuevos programas sociales de beneficio directo a las familias menos favorecidas en Colombia (que ya Ocampo pide desmontar), de impuestos a través de una reforma tributaria que afecte a los más grandes emporios económicos y no la base, de atacar la evasión y los regímenes exentos, estos últimos que suman más que una reforma tributaria en términos porcentuales, de generar una paz política y social sobre la base de conversaciones, cultura política y de acuerdos programáticos más no burocráticos, es decir, sin enviar mensajes de revanchismo y cuentas de cobro (cosa que no se vio en la instalación del congreso que fue todo un circo pobre, por la gamineria de unos  y el discurso hostil y mentiroso de Duque).

Todo lo anterior parece no tener en los colombianos que votaron en segunda vuelta por Petro, ese significado, al menos en los anuncios de los nombres de los nuevos ministros y mensajes que lanzan y recogen otros designados que sin haberse posesionado ya generan rechazo  y se proponen mensajes de vigilancia extrema, incluso de marchas y paros, lo cual es inconcebible en un gobierno que para ser elegido tuvo el apoyo de los huelguistas que toda una vida lucharon contra el establecimiento, y entonces, esperamos cero manifestaciones de FECODE, las centrales obreras, la primera línea.

Al parecer podría desviarse uno en el camino, cuando vemos la búsqueda incansable por lograr mayorías parlamentarias y de conseguir un apoyo casi del 100% de los partidos tradicionales que siempre Petro y los que votaron por él, han criticado y los han llamado los verdugos del pueblo, pero que ha entregado  Petro  tres ministerios que  fueron la base de su discurso en campaña y lo fundamental en su programa de gobierno, por lo que debieron estar en manos propias y no ajenas, para mostrar la diferencia.

Pues bien y para finalizar, veo, que con los nombramientos de los ministros de hacienda, educación, agricultura,  el mensaje es ofensivo para las bases de la izquierda colombiana y de quienes insisto, creían en un  nuevo pais económico y político, dado que estos tres ministros provienen de las entrañas de la vieja clase política, por no decirles ancianos que no dejan paso a los jóvenes que apoyaron y subieron al poder a Petro, hicieron parte de Gobiernos de Samper, Santos y otros donde su proceder fue llevar al pais a donde hoy está, un capitalismo superior al ser humano, unos TLC que acabaron con el campo, y en el caso doblemente cuestionable del ministro de educación, proveniente y formado en lo tradicional, en una cartera que le correspondía por derecho propio a los luchadores del saber social, a alguien del gremio de los maestros, alguien que diera sentido a esos jóvenes que perdieron su tiempo y sus ojos en las marchas, son tantos los reparos que pienso que ese coctel entre progresismo, tradicionalismo político y generosidad, visto ya en las primeras decisiones pasando por las nuevas mesas directivas del congreso, podrán terminar mal y muy pronto, cuando esos que perdieron pero que morderán la mano extendida del nuevo presidente, lo bloquen y le impidan hacer lo que propuso, y al fin al del gobierno diremos que se perdió la oportunidad de haber gobernado con sus propias bases, donde hay gente cualificada, habrá una decepción mayor y este pais volverá a su viejo camino.

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