Manteles en crisis: Entre la incertidumbre y expectativa

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Fueron de los primeros en cerrar y casi los últimos en abrir. Cuatro meses después tres dueños de restaurantes en Neiva consideran que la recuperación será lenta y ahondando la crisis en sus establecimientos.

Por Jhon Freddy Figueroa
Especial N24/7

Han sido cuatro meses que para los dueños de restaurantes de gran tradición en Neiva, vienen siendo una verdadera tortura. Por un lado, la situación económica a pesar de los anuncios de reapertura generan una pequeña luz de esperanza en medio de mar de incertidumbre en donde las deudas apremian y los compromisos gubernamentales pasan a hacer meros anuncios mediáticos.

Leandro Salazar, inicio hace 10 años su proyecto de restaurante en la capital opita y la pandemia hizo mella en la forma de trabajar de uno de los sitios más concurridos en materia de comida y entretenimiento en la ciudad.

De ascendencia paisa, Leandro lleva casi 36 años viviendo en Neiva, una ciudad que como dice en sus palabras ha sido generosa y le ha dado todo para ser lo que hoy día es su negocio denominado Fonda Los Arrieros.

Leandro Salazar, propietario Fonda Los Arrieros.

Al Huila y en especial a esta ciudad, llegó víctima de desplazamiento forzado. Él, a su corta edad comenzó a ver lo duro que es la vida y hoy en tiempo presente da gracias a Dios que lo construido en años de trabajo ha dado sus frutos.

Su idea de negocio surgió como un sitio de rumba y platicos para “picar” y en tiempo presente Leandro Salazar reconoce que ello, le cambio su vida. Hoy es su proyecto de vida con el cual no solo vive, sino que genera empleo para su familia que lo acompañan en esta causa empresarial.

Cambios en modos y costumbres de vida

La pandemia llegó a Colombia y al poco tiempo al Huila y para Leandro más allá de la crisis ha sido una oportunidad de cambios y costumbres de vida.

“Esto nos enseñó a ahorrar más y pensar en otras cosas que antes no le poníamos cuidado y en cuestión de negocios nos tocó reinventarnos” sostiene.

De acuerdo con Leandro, esta crisis le llevó a que en su negocio sus platillos gastronómicos bajaran de precio sino que buscar la oportunidad de llegar con esas delicias culinarias a todo público y a fe que lo logró.

“Bajamos precios pero nos expandimos mucho más” sostiene.

En su caso, dejó de percibir recursos producto no solo de las comidas sino también de la rumba nocturna que el sitio brinda a propios y extraños; reconoce que el saber lidiar con la crisis le ha permitido sobrellevar esta situación muy al contrario de otros negocios que conoce a los cuales desafortunadamente les ha tocado cerrar sus puertas.

“Acá no manejábamos las comidas rápidas y gracias a Dios en la noche es el fuerte del lugar y ahora que pase la cuarentena será un segmento a trabajar” indica.

Hoy, Leandro es consiste que la situación a pesar de ser critica es sobre llevable; es cauto y está a la espera de que sus otros negocios a pesar de estar cerrados y de generarle perdida puedan de nuevo ser prósperos en este el Valle de las Tristezas.

Con dolor de alma nos tocó cerrar

Elcira Trujillo Charry, es una mujer recia y de gran fortaleza; aunque no es huilense, reconoce que es una hija adoptiva de una región que abrió sus fronteras para la idea de negocio que hace 25 años inicio en el departamento.

Su Tienda Montañera es un concepto de restaurante en donde priman los servidos culinarios propios de Antioquía y el Eje Cafetero.

En el Huila sus negocios son muy conocidos y frecuentados por la clase política que reconoce en Elcira la verraquera y templanza de una mujer echada pa’lante.

Elcira Trujillo, propietaria de la Tienda Montañera.

Su saber gastronómico ha pasado de generación en generación y ella, no ha sido ajena a ese saber.

Su idea de negocio se tuvo que reinventar producto de la pandemia, ella, lo primero que pensó cuando se inició la pandemia es que iba a ser algo pasajero pero con el paso de los días y los meses, las preocupaciones comenzaron a rondar en su cabeza.

“Cerrar por cuatro meses no ha sido fácil, primero porque las deudas apremiaban y menos mal en principio los bancos acudieron al auxilio y me prestaron dinero para cubrir gastos de nómina y funcionamiento sobre todo del negocio acá en Neiva, porque el negocio de Rivera permanece cerrado desde que se inició esta pandemia” sostiene Elcira con cierta melancolía.

Ella, a pesar de todo no pierde la calma. El haber implementado los domicilios aunque no ha sido del todo como esperaba, ha servido al menos para sufragar algunos gastos de empleados que quedaron, otros desafortunadamente tuvieron que buscar nuevos horizontes y eso a Elcira le causa nostalgia porque ya eran como parte de la familia.

Como buena creyente, costumbre propia de quienes tienen arraigo antioqueño, Elcira considera que esta pandemia es un castigo de Dios y es por ello que guarda la esperanza que pronto termine y que su negocio vuelva a ser el sitio de referencia de la verdadera comida montañera.

Jorge Rodríguez, lleva más de 50 años en el mundo de los restaurantes, un oficio heredado de su papá que también fue restaurantero, don Jorge es quizás uno de los referentes más importantes del negocio en Neiva, él, hace parte de esa generación que ama la gastronomía y que han dedicado gran parte de su vida a satisfacer los apetitos más ávidos de comensales.

Jorge Rodríguez, propietario Restaurante La Avenida.

El Restaurante La Avenida es un gran referente en Neiva, de la buena sazón y atención y es por ello que Jorge Ramírez agradece las bendiciones otorgadas a lo largo de estos años debido a que gracias a ello, ha logrado sacar a su familia adelante.

Esta crisis es muy dura

Cuatro meses después, Jorge reitera que esta ha sido una crisis dura y que no mejorará a la vuelta de la esquina como algunos erróneamente vaticinan; es crítico con las acciones del Gobierno Nacional que a su juicio se ha dedicado a hacer anuncios.

“Los bancos nos dieron la espalda y ellos nunca se acordaron que hace ya más de 20 años el gobierno nos quitó una platica para apoyar a los bancos (…) a mí me ha tocado ir a rogarle a los bancos mientras que otros nos han apoyado” sostuvo.

Y es que esta crisis ha dado para todo, en el caso de Jorge Rodríguez sus ahorros se destinaron en principio en suplir la nómina del personal del Restaurante La Avenida. A marzo tenía 26 empleados y hoy día tiene un poco más de la mitad.

Jorge recuerda que cuando inicio la pandemia y los anuncios de cuarentena lo primero en que pensó fue en cómo salvar su negocio, la situación no solo lo tomó por sorpresa a él, sino a cientos de empresarios que viven del negocio del restaurante.

A reinventarse

Jorge Rodríguez, sabe gracias a sus años de experiencia en el mundo de los restaurantes que la recuperación económica en lo que atañe a su negocio no está a la vuelta de la esquina, es más sus cálculos más alentadores señalan quizás febrero o marzo se pueda volver a la normalidad y mientras ello ocurre, las pérdidas se irán acumulando, es por ello, que ahora diversificó su negocio e instaló a un costado del restaurante una panadería.

“A mí me dicen que no diga que nos reinventamos, pero en esta época de crisis es una opción válida para menguar la difícil situación que vivimos quienes estamos en el negocio de la alimentación” sostiene con el entusiasmo propio de quien lleva años lidiando con las altas y bajas en las artes culinarias.

Por ahora, él y su familia siguen empeñados en continuar la tradición y buen servicio que por décadas ha caracterizado al Restaurante La Avenida.

Cerca de 22.000 restaurantes cerrados

Acodres, el gremio de los restaurantes colombianos, indica que 22.000 de 99.000 restaurantes cerraron en estos dos últimos meses y que más de 160.000 empleos directos fueron cancelados. La mayoría de los restauranteros intenta todavía superar esta crisis.

Estas últimas semanas muchos restaurantes se lanzaron a la venta de comida para llevar y domicilios. Después del cierre total decretado por el gobierno de Colombia hasta el final de mayo, los establecimientos obtuvieron la autorización de reabrir bajo la condición de no recibir a los clientes en sus locales.

La virtualidad aparece ahora cómo el salvavidas del gremio. Si bien en Colombia la venta de comida a domicilio estaba ya bastante desarrollada, muchos restaurantes de gama alta no ofrecían esta posibilidad. La Covid-19 les obligo a reinventarse.

A tener en cuenta:

  • Se estima que el sector de restaurantes en Neiva, genera 6.000 puestos de trabajo y 13.000 en el Huila.
  • Empresas cerradas 116, las cuales generaban 1.200 empleos.
  • Inversión perdida en esos locales, 15 mil millones.
  • Empresas que cerraron entre la semana del 25 al 30 de mayo (32)

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