USCO: elecciones atípicas contra reloj

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De forma sorpresiva el Consejo Superior de la Universidad Surcolombiana, mediante Acuerdo 001 de 2021, decidió poner fin a la suspensión del cronograma del proceso de elección y designación de Rector del claustro académico, cargo en interinidad desde 2019, cuando el Consejo de Estado tomó la decisión retirar a la Profesora Nidia Guzmán de su cargo, por la inhabilidad configurada a uno los miembros del Consejo Superior Universitario.

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En ese entonces, la suspensión del proceso fue considerada previsible luego de la declaratoria de pandemia de Covid 19, además, se hacía caso a las normas de distanciamiento social y de confinamiento obligatorio decretadas por el Gobierno Nacional, para evitar la propagación sin control de este mal, que agobia desde entonces a la humanidad.

Sin embargo, y de forma sorpresiva, la más alta autoridad de la Universidad Surcolombiana puso fin a la suspensión y reactivó hace pocas semanas el proceso de consulta estamentaria; por supuesto, con un nuevo cronograma que dispone realizar la consulta el 18 de marzo próximo, y de forma presencial, no obstante que el mismo colegiado aprobó el voto electrónico para todos los procesos eleccionarios de esa casa de estudio.  

Elecciones contra reloj

La decisión de aprobar una consulta estamentaria durante la pandemia genera muchos interrogantes: ¿por qué después de seis meses, como lo dispone la norma aprobada del voto electrónico de los diferentes dignatarios y estamentos de la USCO, no se aplica para esta elección?, pues se supone, se realizaría al momento de aprobarse el Acuerdo en mención. Esta opción era la única válida en el contexto de la pandemia para sacar adelante el proceso, y que la Universidad pueda con un Rector en propiedad, asumir decisiones de fondo, y no continuar en una interinidad cercana a los dos años que poco o nada ha aportado en ese mismo periodo al desarrollo de la institución.

La decisión de aprobar una consulta estamentaria durante la pandemia genera muchos interrogantes.

Las afectaciones de no existir Rector en propiedad

Distinto sería si durante la pandemia, las decisiones hubieran sido tomadas por una Rectoría en propiedad, con un plan de trabajo específico, objetivos planteados con cabeza fría y no improvisados por el día a día o producto de la inercia administrativa y de las necesidades coyunturales, como les ha tocado a los rectores encargados, quienes, si bien han permitido que la institución marche, no han podido plantear apuestas a mediano o largo plazo, 3 o 6 meses no son suficientes para que un rector muestre resultados reales.

Una decisión apresurada

Pero, estas circunstancias no justifican la decisión imprevista del Consejo Superior Universitario, de echar a andar de nuevo el proceso eleccionario y hacer la consulta en medio de la pandemia de manera presencial, cuando la situación que hace 11 meses motivó a suspender el cronograma, no se ha resuelto todavía y está aún lejos de que esto ocurra.

¿Qué motiva esta decisión es la pregunta que surge a los integrantes de la comunidad universitaria y a los huilenses, en general? ¿Qué ha cambiado entre aquello que se quiso evitar hace once meses, que hoy no se quiera evitar? En aquel entonces, las cifras de contagios por coronavirus eran mínimas, respecto a la actualidad.  Por lo menos, la situación estaba controlada, los estudiantes estaban confinados en sus casas y no era tan complejo invitarlos a votar como lo es hoy. 

Muchos estudiantes se encuentran en sus municipios, en sus veredas o corregimientos, todos están recibiendo formación a través de la virtualidad y no requieren ir al campus; a muchos la elección de rector no es algo que les motive para desplazarse a los cascos urbanos. No será fácil para la Universidad convencerlos para votar; además de las difíciles condiciones económicas de muchas familias.

Elecciones que afectan a los tres candidatos

El resultado previsible en este contexto podría ser una bajísima concurrencia en las urnas y, por supuesto, una reducción significativa en la votación, lo que en principio no favorecería a ningún candidato, pero sí afectaría a la democracia universitaria e incluso restaría legitimidad al ganador.

En caso contrario, si los estudiantes deciden salir de su zona segura y se vayan a las urnas, se podría generar lo que el Gobierno Nacional y los entes territoriales, así como organismos de salud de distintas órdenes y hasta el propio Ministerio de Educación, han luchado para evitar: Las aglomeraciones.

Foco de contagio

Si bien el proceso electoral de la USCO contará con los protocolos para garantizar el distanciamiento y la asepsia de manos y calzado, y control de temperatura, como se ha dicho por parte de las autoridades de la USCO, se requiere bastante tiempo para llevarlos a cabo de manera correcta, lo que haría que la jornada no alcance para que todos los votantes participen.  

Una jornada electoral significa aglomeración, como tradicionalmente sucede en cualquier elección local o regional. Basta con recordar elecciones anteriores y preguntarse cómo sería el ingreso, la consulta de los listados, la salida, o cuántas personas están dispuestas a usar de manera correcta el tapabocas durante la jornada y, además, mantener las medidas personales de bioseguridad. Además, la jornada en un único día podría no ser suficiente, teniendo en cuenta que el censo electoral es de más de 52 mil personas.

Desde el interior, hay colectivos de universitarios que promueven el voto en blanco.

El riesgo

La situación de riesgo de contagio es evidente, y la Universidad Surcolombiana, que hasta ahora ha dado un buen manejo a la pandemia, no puede echar por tierra el camino andado por algo que estaba acordado, no se haría hasta que la amenaza desapareciera y volviera la presencialidad.  

Tal vez el Consejo Superior Universitario al momento de discutir el Acuerdo 001 de 2021 estaba optimista por la vacunación anunciada por el Gobierno Nacional, pero a escasos 20 días de la elección, esta avanza paquidérmicamente y, cuando se cumpla el plazo previsto, de seguro no habrá ni uno solo de los votantes inmunizado.

Finalmente, si el alma máter ha podido funcionar con cuatro rectores interinos en los dos últimos años y han tomado decisiones para superar los retos en la medida que se presentan en esta crisis mundial, unos pocos meses más de espera, mientras los contagios bajan, disminuye el número de muertos y evitamos un tercer pico de la pandemia, la consulta estamentaria podría esperar.

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