Los desafíos del proceso de asignación de áreas estratégicas mineras

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Ciertamente, Colombia se ha quedado rezagado en la inversión en exploración. ¿La razón? En la última década, el sector minero y el desarrollo de proyectos han sufrido impactos y retrasos muy grandes que han impedido su ejecución.

Especial/ 24-7 Semanario
***Por Mateo Sinisterra 

Las previsiones económicas para los años 2020 y 2021 son realmente preocupantes. Esta realidad nos obligará a todos a buscar soluciones creativas e innovadores para enfrentar las consecuencias de la crisis económica y sus efectos. Al respecto, la implementación de los proyectos de 5G se ve en el horizonte y, seguro, esta será una de las apuestas del Gobierno Nacional para la generación de empleo.

Sin embargo, no será suficiente. El sector extractivo, que es el pilar de la economía nacional, ofrece buenas oportunidades para generar empleo, tanto en minería como en hidrocarburos. La Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) sigue adelante con su proceso permanente de asignación de áreas, y ahora la Agencia Nacional de Minería (ANM) tiene pensado lanzar el suyo.

Después de nueve años, la ANM anunció que lanzará su proceso de asignación de áreas para el desarrollo de grandes proyectos de minería de cobre, aunque los detalles del proceso son todavía desconocidos. En marzo del 2020, durante la convención del PDAC (Prospectors & Developers Association of Canada) en ese país, la ANM informó que este año estaría presentando los términos de referencia del proceso para socialización y que esperaba concluir el 2020 con los términos definitivos. Si esto se cumple, es seguro que el año entrante veremos el primer proceso de asignación de áreas mineras en el país.

El éxito de este proceso depende de diferentes variables y presenta grandes retos. El primero está en tener un producto de calidad. La ANM debe ofrecer áreas que sean atractivas, sobre las cuales exista información relevante, con buena prospectiva, en las que los participantes oferten compromisos de exploración relevantes. Si no logra obtener compromisos, el proyecto no va a tener un impacto relevante en la economía.

En el primer ciclo del proceso permanente de asignación de áreas del 2019, la ANH logró compromisos por más de 32 millones de dólares. Sin duda, son negocios diferentes, y no se deben comparar de forma simple, pero queda claro que estos compromisos serán el motor de la economía regional y, en consecuencia, a corto y mediano plazo, serán una ayuda para superar la crisis que comienza.

Recuperar la confianza

El segundo reto consiste en recuperar la confianza de los inversionistas extranjeros. Esto es, responder a la pregunta de por qué es buen negocio invertir en Colombia. Ciertamente, Colombia se ha quedado rezagado en la inversión en exploración. ¿La razón? En la última década, el sector minero y el desarrollo de proyectos han sufrido impactos y retrasos muy grandes que han impedido su ejecución. En efecto, es una tarea muy dura para la ANM, y más en esta época. Habrá que convencer a los inversionistas de invertir, en plena crisis, en un país que ya no genera la confianza de años atrás.

Sin quererlo, el mismo proceso de discusión que han sufrido las áreas estratégicas mineras desde su expedición puede tener parte de la solución a este problema. Por orden de las cortes, la ANM debe entregar las áreas habiendo agotado los procesos de consulta previa con las comunidades y de concurrencia y coordinación con las entidades territoriales y sus habitantes. Ello quiere decir que se entregarán las áreas habiendo superado dos de los obstáculos más importantes a los que los proyectos mineros se han visto enfrentados en la última década. Este debe ser uno de los aspectos a explotar durante la promoción del proceso.

En el primer ciclo del proceso permanente de asignación de áreas del 2019,
la ANH logró compromisos por más de 32 millones de dólares.

No obstante, la ANM tendrá un gran desafío de promoción en las regiones. Para el éxito del proceso, es fundamental que, desde antes de su lanzamiento, haya un programa de acercamiento muy bien estructurado. De lo contrario, quienes se oponen a la minería, que son muchos, aprovecharán para socavar desde el primer día los futuros proyectos en la región. Acá aplica el viejo dicho de que “el que pega primero, pega dos veces”. Si la ANM permite que la gente que está en contra de la industria llegue primero a la región a contar sobre los posibles proyectos, estos nacerán muertos. Al respecto, creo que no solo se deben agotar los procesos regulares de concurrencia y audiencia pública, sino que también debe haber un esfuerzo mayor de capacitación a los habitantes y autoridades de la región. Debe ser un proceso incluyente: hay que hacerlos parte de la decisión. Si no es así, es probable que en la región crezca un sentimiento de que, desde Bogotá, se les está imponiendo un modo de vida que no quieren. 

Temas estructurales

Por otro lado, hay unos aspectos estructurales del proceso que son de vital importancia para atraer la inversión extranjera y nacional. Uno de ellos se refiere a que tanto el procedimiento para participar como los requisitos para habilitarse tienen que ser razonables desde el punto de vista comercial. Seguro, el ejemplo de los problemas que ha tenido la ANH será tomado en cuenta por la ANM. Si los requisitos de participación son muy rígidos y comercialmente irrazonables, los participantes pueden ser muy pocos, y esto podría llevar al fracaso del proceso, pero, si son muy laxos, puede participar cualquiera, y la ANM terminaría con socios indeseables.

Así mismo, el contrato de exploración y explotación ofrecido tiene que ser un contrato “banqueable”. En otras palabras, la ANM tiene que asegurarse de que el contrato permita a los inversionistas acceder a financiación para ejecutar los proyectos, tanto para la actividad de exploración como para el desarrollo del proyecto a largo plazo. De igual forma, las garantías que se le exijan al inversionista deben ser razonables.

Finalmente, el proceso debe ser absolutamente transparente. Esto quiere decir que todas las reglas de participación deben estar claras. La ANM tendrá que hacer un esfuerzo importante en permitir varias rondas de comentarios y preguntas; entre más se hagan, menos conflictos va a haber durante el proceso.

En mi opinión, también es importante que el criterio de asignación esté determinado por los compromisos en exploración. Este sería un incentivo para que la ANM alcance compromisos importantes en exploración. Otro incentivo debe ser abrir la posibilidad a los participantes habilitados a contraofertar por las áreas. Si los bloques que se oferten tienen buena prospectiva, es probable que se genere una mejor oferta en inversión en exploración. También es fundamental que se le dé importancia al plan de gestión social.

La inversión en la región es clave para la reactivación económica del país y de las regiones. Igualmente, la divulgación de los efectos positivos de esa inversión será imprescindible para que sus habitantes abracen la idea de tener un proyecto minero en su cotidianidad.

La divulgación de los efectos positivos de esa inversión será imprescindible para que sus habitantes abracen la idea de tener un proyecto minero en su cotidianidad.

En suma, el proyecto de áreas estratégicas mineras se enfrenta a dos grandes retos. Primero, estructurar un proyecto que logre compromisos de exploración importantes y, de esta forma, generar procesos económicos positivos en las regiones donde queden las áreas que se van a ofrecer. Para ello, es necesario prestarle mucha atención a la estructura del proceso y así poder atraer la inversión. El segundo será socializar en las regiones el proceso y los contratos en debida forma con miras a asegurar su éxito.

Acerca del autor

*** Asociado principal del área de Energía, Minería y Recursos Naturales Philippi Prietocarrizosa Ferrero DU & Uría (PPU)

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