Razones para disfrazarse en Halloween

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Ponerse un disfraz no es solo una cosa de niños. Según los expertos, los adultos podemos experimentar grandes beneficios si decidimos salir de la rutina e interpretar un personaje por unas horas.

Especial/24-7Semanario

Cuando somos pequeños, si hay algo que nos encanta a todos es disfrazarnos. Por suerte, al seguir cumpliendo años y madurar, descubrimos que disfrazarse no es solo cosa de niños, y es que también puede aportarnos mucho a los mayores.

Si todavía piensa que lo de disfrazarse no es para usted, quizás le convenga saber todos los beneficios que puede tener ser otro por un día para nuestro bienestar psíquico y emocional:

1. Aumenta nuestra creatividad: A la hora de disfrazarse lo primero es pensar de qué nos queremos disfrazar, qué vamos a elegir para ello y después cómo vamos a armar el disfraz, lo cual supone todo un ejercicio de creatividad.

2. Cambiar los roles: Disfrazarnos en Halloween nos ayuda a darnos un respiro no solo de nuestra rutina, sino también de nosotros mismos. Porque al fin y al cabo es objetivo de disfrazarse, es ser otro, al menos por una noche.

3. Una herramienta de seducción: Lo que nos diferencia de los niños en la elección del disfraz, es que por norma general nosotros tenemos un toque más pícaro a la hora de elegirlo.

4. Tiempo para ti: Disfrazarnos supone dedicarnos, para variar, tiempo exclusivamente para nosotros mismos y para fijarnos en nuestra propia imagen.

5. Una forma diferente de socializar: Los disfraces suelen ir vinculados a alguna fiesta o a algún plan en grupo, en el que incluso podemos conocer gente nueva.

6. Aprender cosas nuevas: A la hora de disfrazarnos, quizás hayamos escogido un personaje histórico o un personaje de ficción, cuyos orígenes nos despierten curiosidad.

7. Risas y buen humor: El objetivo principal de ponerse un disfraz es reírse de todo y divertirse, lo que obviamente suele mejorar nuestro humor y nuestro estado de ánimo.

8. Trabajar nuestra propia personalidad: La idea de ser otro por una noche, puede ayudarnos a también a ser una mejor versión de nosotros mismos, por extraño que nos parezca.

9. Mejora nuestra autoestima: Cuando nos disfrazamos solemos tener dos opciones, o que optemos por vernos atractivos y seductores, o especialmente cómicos y terroríficos. Las dos opciones pueden ser positivas, la primera porque nos vemos favorecidos y la segunda porque nos ayuda a reírnos de nosotros mismos desde un punto de vista positivo.

10. Aumenta la complicidad con los amigos o la pareja: En ocasiones el disfraz no es una iniciativa individual, sino de grupo. Así, pensamos en ideas que nos ayuden a ir a juego bien sea en pareja o entre amigos, lo que supone hacer un trabajo divertido juntos y aportar ideas para mejorar nuestras dinámicas.

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