Preocupante decisión

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La sociedad colombiana está atravesando un momento crítico por las dos tragedias que actualmente están irradiando un poder destructor en su bienestar. Por un lado, la sanitaria que están desbordando los 28.000 casos diarios y los 540 fallecimientos, están amenazando la supervivencia de centenares de familiares en nuestro país. Por otro lado, el paro nacional, que desde el pasado 28 de abril, está generando la más grande explosión social, resultado del accionar gubernamental incoherente que ha caracterizado al actual y a los anteriores periodos presidenciales, que cada vez, están generando un incremento de los niveles de pobreza.

Las periódicas movilizaciones populares, que justamente están solicitando al gobierno nacional un cambio de rumbo en el desarrollo de las públicas en el campo social y económico, están provocando a través de las aglomeraciones, el más alto riesgo sanitario, que está amenazando el sistema nacional de salud. Es preocupante el panorama en algunas ciudades colombianas que han superado el 100% de ocupación de las Camas UCI, donde el personal de salud que está en primera línea ha empezado a seleccionar a los pacientes por Covid, que deben sobrevivir. Es la cruda realidad.

Los bloqueos y conflictos sociales que se han venido presentando en el país durante los últimos 37 días, ha generado una desviación del foco de atención sobre la problemática de la pandemia del Covid que ha venido padeciendo la sociedad colombiana. A medida que avanza la jornada nacional de vacunación contra el Covid, se inició el tercer pico de este virus mortal. Nos acercamos peligrosamente al cuarto pico epidemiológico. Las cifras publicadas en sus boletines, el Ministerio de Salud, reflejan que este nuevo rebrote de contagios en algunas regiones del país empezó a preocupar a las autoridades sanitarias.

Aunque no podemos confiarnos en la vacunación que se está adelantando, que, de acuerdo con las cifras oficiales del Ministerio de Salud, se han superado los 10 millones de dosis aplicadas, en todo el país. Lo cierto es que estamos cansados de esta tragedia sanitaria que ha provocado durante los últimos 14 meses, más de 90.900 muertes. Este diminuto virus mortal está generando el mayor caos sanitario del siglo, por los efectos mortales que afectan el destrozo de millares de familias. A pesar de estos datos, muchos sectores poblacionales, se comportan de manera irresponsable, como si todos estuviéramos vacunados. Estas crudas estadísticas tienen que generar reflexiones, además de acciones, pues existen factores determinantes que pueden modificarse con miras a atenuarse en esta coyuntura, pero también para prevenir desenlaces tan dramáticos como los actuales.

Pero la situación se puede empeorar. La apertura total de las actividades económicas a partir del inicio del mes de junio, que han tenido algunas restricciones durante los últimos 14 meses, marca una mayúscula preocupación a las autoridades sanitarias. Todos conocemos la irresponsabilidad social de la población, porque no acatan las recomendaciones sobre el cumplimiento estricto de los protocolos de bioseguridad. Además, la persistencia de los integrantes del Comité Nacional de Paro de seguir manteniendo las manifestaciones de inconformismo social, así estén creciendo los contagios y las muertes en el país.

Somos conscientes del flagelo de desempleo que están ocasionando desequilibrios en el mercado laboral. Esta es la razón por la cual el Gobierno Nacional tomó la decisión de reactivar el aparato productivo de Colombia que se encuentra de capa caída. Pero debemos mirar objetivamente este accionar gubernamental. Economía versus salud. Dilema controvertido y contradictorio. El coronavirus, todavía sigue deambulando por el ambiente. No forma todavía parte de la historia.

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