Ale Chaparro, primera persona reconocida en Colombia como no binaria

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Ale Gael Chaparro es una persona no binaria, es decir, que no se identifica con el género masculino ni el femenino.
Sus derechos al libre desarrollo de la personalidad, a la identidad de género y a la personalidad jurídica, le fueron tutelados.
Ahora, su cédula de ciudadanía podrá llevar una casilla con las iniciales NB o NE, que significan «no binario» y «no especificado» respectivamente.

Especial/24-7Semanario

Este año, el Tribunal Administrativo de Cundinamarca le ordenó a la Registraduría permitirle a Ale Chaparro corregir su registro civil, donde aparece como hombre sin considerarse como tal. Esto luego de que un juez le diera la razón a una tutela que interpuso contra el órgano electoral.

Igualmente, la cédula de ciudadanía: unos trámites que tomarán entre ocho días y un mes para que se reflejen en los documentos de identidad.

Lo que desencadenó esa tutela fue un rechazo de la entidad a un derecho de petición previo interpuesto por esta persona: «Me daban una negativa sobre mi solicitud de que me corrigieran mi género para incluir las siglas ‘NB’ [No Binario]», dijo Chaparro.

Ya la Registraduría permitía el cambio de género en los documentos desde 2015, cuando el decreto 1227 del Ministerio de Justicia lo autorizó. Sin embargo, seguía dando las mismas dos opciones en la casilla de sexo: hombre o mujer.

En junio de 2021, Chaparro presentó una petición ante la Registraduría Nacional del Estado Civil para poder hacer este cambio en su documento de identidad.

¿Hombre o mujer?

Cuando le preguntaban si era hombre o mujer, Ale Chaparro sentía incomodidad: desde que estaba en el jardín infantil, nunca entendió la necesidad de clasificar los grupos entre niños o niñas, y ese sentimiento llevó a que interpusiera hace unos años el recurso judicial que finalmente falló a su favor.

«No entendía la razón por la cual me decían que era un niño (…). Esa sensación se mantuvo toda mi vida y fue cuando llegué a la universidad, que leí que existía la etiqueta de lo no binario», relató.

Una vez en el centro educativo, tuvo acceso a estudios de género y descubrió que eso que sentía sobre su identidad no era nuevo.

Era como haber «escuchado por múltiples años un género musical sin saber cómo se llamaba, y que alguien dijera: ‘a mí también me gusta el jazz, o el pop’, o lo que fuera. Entonces pensé que ese era el nombre para lo que yo ya sabía que era», agregó.

La falta de opciones para definir su género repercutía en situaciones como ser internado en el ala masculina de una clínica cuando estaba enfermo, o repetir en la universidad o incluso ante el servicio militar obligatorio que no era un hombre.

«Al ser una persona no binaria, estar encerrado con un montón de hombres no era algo cómodo para mí», confesó, sobre lo que fue uno de los momentos «más feos del sistema», cuando ingresó a un hospital en 2020.

Al año siguiente, pasó a los estrados.

Sentar precedente

Para Chaparro, este reconocimiento llevará no solo a que las personas no binarias se sientan más cómodas al presentar su documento de identidad, sino también a que se estimulen políticas públicas respecto a estos temas.

«Entre más personas no binarias puedan acceder a sus documentos correctos, es más probable que las políticas públicas y las leyes se empiecen a plantear de forma más inclusiva con respecto a estas identidades», insistió.

Colombia, un país mayoritariamente católico, y donde los temas LGBTI son tabú entre algunos sectores conservadores, también ha sido reformista, aunque mayoritariamente desde tribunales y no desde debates políticos en el Congreso.

Por ejemplo, a finales de febrero, la Corte Constitucional despenalizó el aborto hasta la semana 24 de gestación. Ese mismo tribunal había tomado una decisión similar en 2006, aunque solo para tres casos excepcionales en aquella época: malformación del feto, riesgo para la vida de la madre y violación.

Uno de los argumentos que explicó en el comunicado de prensa posterior fue la negativa del legislativo a inmiscuirse en estos temas, considerados polémicos.

Chaparro sabe que la no binariedad aún es desconocida en el grueso de la sociedad. Sin embargo, con paciencia, explica la manera en que hace pedagogía.

«Le digo a la gente: imagínate que no tuvieras genitales: ¿Cómo sabrías que eres un hombre o una mujer?», recalca.

Y espera que el fallo que le permitió empezar a hacer el cambio en sus documentos también sea extensivo para otras personas que antes dudaban de qué decir para el documento de identidad.

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