Corea, un recuerdo que vivió por siempre en el sargento Alfonso Luna

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Esta es la historia de un veterano de guerra, un soldado colombiano, quien estuvo en la guerra de Corea, una de las batallas más sanguinarias que ha vivido el mundo en la historia reciente.

Por César Pérez Rojas  
Crónica/ 24-7 Semanario

Nunca pensó cuando era niño, ni en sus más locos juegos y sueños de guerra y batallas, Alfonzo Luna Cortes, que iba a ser parte de una las guerras más devastadoras a miles de kilómetros y en la que murieron más de tres millones de personas, una experiencia que lo acompañaría por el resto de su vida, precisamente hasta el 15 de agosto de este año, día en el que partió de esta tierra que ha sufrido de guerras desde los albores de su historia.

La historia de Alfonso Luna Cortez, se remonta al municipio Girardot, nació en el seno de una humilde familia, que consistía de sus padres y tres hermanos más, en donde transcurrieron sus primeros años de vida, en medio del negocio de sus padres que se dedicaban al comercio, actividad que junto a la vida militar, fueron las dos grandes pasiones en su vida.

No fue mucho el tiempo que vivió en Girardot, a la edad de 10 años toda su familia se traslada a la ciudad de Neiva, y continúan con el negocio familia, una cigarrería, la cual fue el sustento de su padres, y que sirvió para que él y sus tres hermanos, dos hombres y dos mujeres, pudieran salir adelante y terminar sus estudios básicos, algo en lo que Alfonzo realizó muy bien ya que según su familia, fue un muy buen estudiante.

El sargento segundo Alfonzo Cano en el año 1953

Cuando cumplió los 18 años y luego de haberse graduado como bachiller, Alfonzo Luna decide ingresar a hacer carrera de suboficial en el Ejército de Colombia, en el año 1948 como cabo segundo, al cual después de tres años asciende a cabo primero, es allí cuando se desata la guerra entre Corea del Sur y de Norte, cuando está ultima invade a la primera haciendo estallar un conflicto en el que nuestro país, el único sudamericano participaría enviando a más de 5000 soldados.

Daniel Luna Cortes, uno de los hijos de Alfonzo Luna Cortes, que en paz descanse, cuenta que según como le cuenta su padre y la historia, en ese tiempo aún no había nacido, el presidente de ese entonces,  Laureano Gómez, decidió apoyar a la ONU y enviar tropas en apoyo a Corea del Sur, en donde su padre fue seleccionado a defender a un país que había sido casi en su totalidad invadido, para ese tiempo sólo le quedaba una pequeña parte de la península, corría el año de 1951. “Mi padre me contó que Colombia fue el único país de Suramérica que respondió al llamado de la ONU, enviaron hombres y fragatas en 1951, algo que se prolongó hasta marzo de 1953 cuando asaltaron el Monte Boldy, en esa batalla los contendores eran sobre todo los rusos y los chinos, que eran los que estaban apoyando a Corea del Norte, menos mal en ese mes firmaron un acuerdo y la guerra terminó, convirtiéndose así en la última batalla de la guerra” narró Daniel Luna.

Corea, el lugar que nunca pudo sacar de sus sueños

Daniel su hijo, narra que lo que le contó su padre y lo que está consignado en un escrito de autoría de su progenitor empezó así: Luego de que le presidente Laureano Gómez ofreciera a la ONU apoyo para recuperar territorio coreano, su padre se fue para Bogotá y de ahí viajaron en un avión Hércules hasta la ciudad de Cartagena de Indias en donde los esperaba un buque de la marina de Estados Unidos, el cual los trasportaría hasta Corea. El sargento segundo Alfonzo Luna contó al mejor estilo de una odisea, ya que sabía expresarse muy bien, que primero pasaron por el canal de Panamá para luego llegar a la isla de Honolulú y finalmente desembarcar en Corea del Sur. Una vez llegaron se establecieron y empezaron a distribuirse en compañías, a él le toco la C e iniciaron labores y quehaceres de rutina para así poder avanzar en labores de reconocimiento de área con el objetivo de ir repeliendo a los aliados de Corea del Norte, sobre todo solados de origen chino.

Con el trasegar del tiempo de guerra en varias ocasiones les tocó enfrentarse con fuerzas de diferentes países, sobre todo los países en donde en ese tiempo gobernaba el Comunismo, Rusia y China, una de las anécdotas que más quedó prendada en su memoria fue en una ocasión, el sargento iba con su escuadra de la cual era comandante, y en un puesto de avanzada vieron a un soldado de nacionalidad extranjera sólo prestando guardia, algo que le pareció extraño y lo cual lo motivo a decirle que lo acompañará a lo cual el militar hizo caso omiso, a las pocas horas, cuando Luna Cortes y sus hombre volvieron a pasar, encontraron al joven militar sin vida junto a su equipo de comunicación. Mi padre me cuenta que él lo convido a que se replegaran porque el enemigo estaba muy cerca, pero el no quiso cuando regresaron lo vieron muerto y todos se asustaron, habían estado muy cerca de la muerte”.

Ya en el punto álgido de la guerra, cerca a su fin, en el año 1953 ellos habían realizado tres ataques a cerros para recuperar por completo el territorio invadido, el último el monte Old Baldy, fue la batalla culminante: esa batalla ya llevaba varios días en lo que el sargento luna y sus hombres les había tocado dormir y arrastrase por un sinfín de trincheras, cuando de un momento, en la última noche de combate, el cielo resplandeció como si fuera de día por la cantidad de luces de bengalas que descendían con un especie de paracaídas que se dispararon con el objetivo de poder ver los contendores versen y luchar, la cual se asemejaba a una luz artificial. A los pocos días las potencias firmaron un acuerdo de paz y la guerra por fin concluyó.  “Nosotros a mi padre no le preguntábamos mucho acerca de eso, porque a él se le entrecortaba la voz y sentía mucha tristeza, ya que la cantidad de muertos era algo innumerable”. Fuentes oficiales hablan de más de 3 millones de muertos.

Llegada a Colombia, anhelos y salida del ejército

Una vez se terminó el conflicto el sargento segundo regresó a Colombia y fue trasladado a varas brigadas del país, estuvo en el Huila, en Bogotá para finalmente llegar al Batallón de Valle del Cauca en donde en un incidente, recibió un disparo en el brazo y le dieron la baja de la institución después de servir por más de 9 años y ser partícipe de la guerra más importante que nuestro país libró en tierras extranjeras.

“A mi papá le dieron de baja por sanidad, ya que en un altercado en la ciudad de Buga, cuando el se encontraba en una establecimiento comercial departiendo con unos amigos, llegaron unos guerrilleros y lo atacaron, gracias a Dios el alcanzó a reaccionar, abatió a sus atacantes y pudo salir vivo de ese episodio”. Indicó Daniel Luna.

Una vez el sargento segundo Alfonso Luna salió del Ejército Nacional, intentó buscar trabajo en diferentes empresas, pero como su familia misma expresa, a los miembros retirados de la institución militar casi no le daban trabajo, algo que ellos nunca entendieron, pero la historia de nuestro protagonista no terminó ahí, gracias a la ayuda de sus padres pudo montar un negocio propio, una cigarrería, conoció su esposa, quien lo hubo de acompañar por espacio de 60 años y tuvo 7 hijos, cinco mujeres y dos hombres.

Felicitación y condecoración por parte del Batallo Colombia

“Mi padre trabajo por varios años con su negocio, fue administrador del Club Comercio y del Club de Caja Agraria, gracias a ello puedo obtener también una pensión por parte del Seguro Social pero el siempre estuvo pendiente de la ayuda que Corea del Sur dio a los soldados colombianos, 5 millones de dólares, en compensación a la labor y esfuerzo militar de los colombianos, lo cual nunca llegó, por eso, el incluso hizo un escrito de 20 hojas, en donde narraba sus vivencias en Corea del Sur y lo envió a la embajada de ese país, pero nunca tuvo respuesta” indicó Daniel Luna.

Al mejor estilo de la obra de Gabriel García Márquez, El Coronel no tiene quien le escriba, Alfonzo siempre esperó el auxilio que dio Corea del Sur, 5 millones de dólares para los veteranos de guerra, algo que nunca llegó.

Apartes de la felicitación Batallón Colombia:

Para los sobrevivientes de la acción que esa noche empuñaban en su brazo fuerte y varonil las armas de la república va también la felicitación del comando del batallón y por su conducto de toda la unidad porque ellos al igual que sus compañeros caídos se cubrieron de gloria y se hicieron merecedores a ocupar el puesto de honor que está reservado para aquellos que con la mirada fija en el horizonte, vislumbran a lo lejos en la inmensidad del cielo el estandarte oro azul y rojo que es el símbolo sagrado de la tierra en la que vivimos, combatientes del Old Baldy la patria agradecida os recibe en su seno y os hace héroes, vuestra acción será un nuevo camino por seguir y vuestro ejemplo acero y oro quedará grabado en las páginas de la historia.        

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