Reforma a la salud, el otro “caballito de batalla” de la protesta social

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De a poco, el Gobierno Nacional ha venido perdiendo el respaldo de los congresistas con el proyecto de Ley 010 de 2020, que reforma el sistema de salud del país.
Si los anuncios de las bancadas se cumplen, la reforma a la salud estaría prácticamente hundida en el Congreso.

Especial/24-7Semanario

Aun lidiando con las consecuencias de haber tenido que retirar el proyecto de Reforma Tributaria, (el más ambicioso de la administración Duque), ahora el Gobierno Nacional comienza a sentir el rechazo en contra de otra de sus grandes apuestas legislativas para el 2021, la reforma al sistema de salud, la cual no logra avanzar en las comisiones Séptima de Senado y Cámara.

Y es que con la caída de la Reforma Tributaria, los manifestantes, los partidos de oposición y más 100 organizaciones gremiales, sociales y sindicales del sector salud, han venido insistiendo en la necesidad de archivar el controvertido proyecto 010 del 2020 en el Congreso.

Reforma lesiva

Uno de los puntos centrales que más ha generado controversia con este proyecto es el referente a convertir a las EPS en aseguradoras de salud, con lo cual tendrían mayor control en su funcionamiento, se establece un tope máximo a sus gastos administrativos y se crea el saneamiento financiero del sistema.

 “Me opongo a la Reforma a la salud, la cual beneficia a las EPS y empeora el servicio de salud de todos los colombianos. Esta reforma pone en riesgo los hospitales públicos, crea incentivos a las EPS, profundiza la tercerización laboral, crea monopolios de la salud, legaliza el saqueo de los recursos y es inconstitucional”, señaló el representante a la Cámara por la Alianza Verde, Fabián Díaz, miembro de la Comisión Séptima de la Cámara.

Para la Asociación Colombiana de Salud Pública, el proyecto de Ley 010 del 2020 contiene planteamientos regresivos, que transforman nuevamente el plan de beneficios a las inclusiones y no las exclusiones, planteadas por la Ley Estatutaria, 1751 del 2015.

 “El proyecto desconoce elementos del derecho fundamental a la salud, como la disponibilidad, por la cual el Estado debe garantizar la existencia de servicios, tecnologías e instituciones de salud, así como la accesibilidad física o la asequibilidad económica. Este tipo de barreras de acceso para la población conllevarán peores desenlaces en salud y un aumento en la carga de enfermedad de diferentes patologías”, dicta el concepto de la Asociación.

Sin avance en la comisión

Aunque la iniciativa legislativa, fue radicada por el Gobierno Nacional, desde el semestre pasado, luego de haber obtenido una concertación de varios sectores, entre ellos el partido Cambio Radical, (el ministro de Salud, Fernando Ruiz, es cuota de esa colectividad), la reforma a la salud se estancó en las comisiones Séptimas del Senado y Cámara, a pesar de contar con mensaje de urgencia por parte del presidente Duque, para el trámite exprés de la misma.

Si los anuncios de las bancadas se cumplen, la reforma a la salud estaría prácticamente hundida en el Congreso.

Cuando había luz verde para el avance del proyecto en las comisiones, el propio gobierno, por medio del Ministerio de Hacienda, expresó su discrepancia con el articulado, esto por el alto costo que representaría para el Estado asumir esos cambios. Así lo expresó el viceministro Juan Pablo Zárate, en una carta enviada a los congresistas de ambas comisiones.

Al respecto, el exvicepresidente Germán Vargas Lleras rechazó esa posición del viceministro Zárate, e incluso invitó al ministro de Salud, Fernando Ruiz, a que renuncie al cargo ante la falta de apoyo del gobierno a esa reforma.

Lluvia de criticas

Las muchas críticas vertidas sobre el proyecto hicieron que el mensaje de urgencia emitido en septiembre no fuera determinante. Aun así, contando durante todos estos ocho meses con el respaldo de las bancadas oficialistas (Centro Democrático, Partido Conservador, La U, Mira y Colombia Justa Libres) e independientes (Cambio Radical y Partido Liberal) el futuro de la reforma dependía de los ajustes que se pudieran hacer.

Esa situación cambió cuando el liberalismo le dijo no a la iniciativa, incluso con los arreglos que se le hicieron. Se perdieron entonces cinco votos: Laura Fortich, Juan Carlos Reinales, José Luis Correa, Henry Correal y Juan Diego Echavarría.

Aunque solo Correa y Reinales firmaron la carta que 26 congresistas liberales (más de la mitad de los 49 legisladores de esa colectividad) le dirigieron el jueves al senador López anunciando “nuestro voto negativo”, esa ya es una posición mayoritaria de la bancada.

Liberales dicen no

Para los liberales, “este proyecto no mejora las condiciones del talento humano en salud, ya que continúa permitiendo la vinculación del personal mediante las modalidades legales para el sector público o privado, es decir continúa permitiendo las contrataciones mediante OPS que desmejoran las condiciones de los trabajadores. Así mismo tratándose de trabajadores de las Empresas Sociales del Estado continúa el detrimento de sus derechos como trabajadores al no garantizar el pago de la nómina como a todo servidor público, si no por el contrario modificarles las condiciones laborales”.

Con los opositores al proyecto también estaría el representante por las comunidades afrocolombianas John Arley Murillo, de Colombia Renaciente, quien no ha rechazado rotundamente la reforma, pero al tenor de las proposiciones que hizo para mejorarla se da por hecho que tomaría la misma posición de los liberales.

Finalmente, desde hace varias semanas están fijos por el no a la iniciativa los nueve votos de la oposición, es decir de la Alianza Verde (José Aulo Polo, Mauricio Toro y Fabián Díaz), el Polo Democrático (Jesús Alberto Castilla), el partido Dignidad (Jorge Alberto Gómez), el partido Comunes (Victoria Sandino, Jairo Cala y Ómar de Jesús Restrepo) y el Movimiento de Autoridades Indígenas de Colombia, AICO (Manuel Biterbo).

Piden el archivo

Ante este panorama, desde la oposición le han venido insistiendo al Gobierno Nacional que retiren la iniciativa o, por el contrario, exhortan a sus compañeros en el Congreso a hundir la iniciativa y concertar una nueva reforma que supla las necesidades de fondo que afronta actualmente el sistema de salud del país.

 “La reforma a la salud que realmente necesita nuestro país es una reforma que acabe de una vez por todas con el negocio macabro de las EPS, garantice la atención oportuna y salud de calidad”, agregó Fabián Díaz.

Otros dirigentes políticos, como los senadores Roy Barreras y Armando Benedetti, igualmente han expresado que el mejor camino es retirar el proyecto de ley, porque el mismo termina afectando a los colombianos en su esquema de salud, como también afectará a los trabajadores de este sector.

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