“Neiva York”, mi lugar en el mundo

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Por Caly Monteverdi

Nací allá en el sur en Buenos Aires. Cuando uno crece en una ciudad con altos índices de humedad y 4 estaciones, pasar a vivir a una ciudad intermedia, menos caótica y con una temperatura estable, con un deseado “eterno verano” de 30 grados promedio todo el año, se reconoce en un paraíso.

Este valle con mil tonos de verde en medio de la magia y el imán de los Andes, a una distancia al sur de más de 300 kilómetros de Bogotá, a uno lo reciben cerca de 500 mil fabulosos anfitriones dispuestos a dar todo para que uno se sienta bienvenido. Pronto estas tierras aumentarán significativamente sus visitantes si el ser humano sigue contaminando cuando comience a buscar desesperadamente paisajes naturales como estos.

Neiva está en las antípodas de New York pero el juego de palabras del título me encanta: no es un centro turístico mundial actualmente y los extranjeros estamos en aumento pero somos realmente muy pocos.

Filosofando, la vida se basa en las pequeñas grandes cosas que nos permitimos. Y desde niño siempre amé las frutas. ¡Ahora he podido probar tantas que ya perdí la cuenta! ¡Verdaderos jugos originales y nutritivas ensaladas de fruta llenas de colores! Descubrí: la Pitahaya y el Anón (¡Mis preferidas!), Badea, Granadilla, Guanábana, Lulo, Cholupa, Uchuva, Mangostino, Zapote, Curuba, Guama, Mamoncillo, Carambolo, Marañón, Tamarindo, Feijoa, Borojó y Tomate de Árbol, podría seguir. Busquen en Google y seguro en NY no las encuentran…

Uno siempre tiene dos caminos: elegir avanzar o estancarse perdiendo oportunidades. Lo perfecto no existe, pero lo mejor para cada uno sí. Muchos sueñan con irse de Latinoamérica hacia Mecas del capitalismo o inclusive a lugares muy costosos para enviar la mejor selfie… Yo no tenía idea que existía esta ciudad en el Departamento de Huila. No me arrepiento de nada. Casado con una colombiana que conocí en mi Buenos Aires querido, tomé la decisión de venirme. Mis compatriotas que también disfrutan acá están casados con colombianas de estas latitudes. ¡Algo deben tener las opitas!

Acá no hay que ir a un zoológico para ver espectaculares aves y animales inesperados. Nuestros ojos tienen la suerte de poder impregnarse de naturaleza que lo sorprende a uno todo el tiempo. Destacable es por otra parte que en los últimos años se ha posicionado como un fabricante del mejor café colombiano, cosa no menor en un país conocido mundialmente por esta producción.

Paso obligado para ir a conocer la Amazonía colombiana y tiene la suerte de ser acariciada por el principal río nacional, El Madgalena y también otros pequeños que sirven de balnearios turísticos, cascadas y lagos. Tiene cerca lugares como Rivera, el original desierto de la Tatacoa, un paisaje que similar al Valle de la Luna en mi país. San Agustín con su cultura ancestral que llama tanto la atención de europeos.

Depende de la predisposición de uno y saber lo que realmente desea y mi gratitud con Neiva hace que elija quedarme acá.

***Acerca del autor

Lic. Caly Monteverdi
@calytoxxx
Comunicador estratégico creativo free lance
Conferencista internacional
Periodista argentino miembro del Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) desde 2005
Apasionado por la Neurocomunicacion y la PNL (Programación Neuro-lingüistica)
Egresado de la Univ. del Museo Social Argentino (UMSA)
Creador de publicaciones y asesor creativo de distintos medios
Jefe de Prensa de la Federación Argentina de Diabetes (FAD)
Corrector de distintas publicaciones
Asesor estratégico de distintos líderes de opinión

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