El futuro es hoy: Egoísmo pandémico
Por Caly Monteverdi
@calytoxxx
Diciembre 2035. Santiago, hijo de un político “todo color e ideología adaptable” se siente muy mal. El papá asustado como muchas veces no sabe qué hacer… Este “dotor del congreso” no encontró quien lo ayudara con el heredero de su corrupción. Mucho ahí saben de rosca pero poco de cuidar al pueblo. Lo que se llamaba “médico” dejó de existir en la Pandemia cuando el representante de salud lanzó la gota que derramó el vaso cuando ofendió a todos los profesionales y ocurrió una inesperada renuncia masiva. Cansados de recibir cachetadas de aplausos hipócritas… Los teguas por más dinero que le solicitaron con sus pócimas mágicas no pudieron hacer nada tampoco… Todos comenzaron a extrañar a los verdaderos Doctores que ellos mismos destruyeron con ridículas sobre-valoraciones por el show y no por la esencia de la vida.
Hoy, en julio de 2020 agradezco que esta caricaturezca situación aún no sea real del todo, pero puede comenzar a darse en cualquier momento en Latinoamérica. ¿Qué necesitamos para valorar HOY como corresponde a los profesionales de la salud? ¿Por qué confiamos más en las estupideces virales que en un concepto científico? ¿Por qué acusamos con tanta facilidad la honra de quien nos salva y tan livianamente permitimos que nos arranquen nuestro dinero y esfuerzo aquellos que deberían organizarnos con leyes justas?
Trabajar y que no te paguen a fin de mes; salvar vidas pero que la ignorancia popular te acuse de lo contrario y que la obsecuencia les diga “héroes” mientras ven que su protección de bioseguridad es entregada antes a jueces y políticos que no cuidan un solo enfermo. Que te prometan tanto y te den tan poco y el Estado ausente. Millonadas que manejan los politiqueros sin generar (la mayoría) casi nada y ver como un pateador de pelotitas nada en dólares también, es muy injusto. A las pruebas me remito. Colombia es una potencia geopolíticamente hablando. Los profesionales dar palabra y no cumplir se nos están riendo en la cara aprovechando la emergencia. Ojalá esta sociedad ponga los valores en su lugar pronto.
Usted que me lee: ¿cuánto tiempo estudió? ¿Cuánto invirtió en su educación? ¿Cuántas navidades trabajó cuidando desconocidos? ¿Cuántas amenazas de muerte recibió sin protección? La empatía es ponerse en el lugar del otro y comprender sus emociones. Ojalá la encendamos urgente entre los habitantes de esta bendecida nación.