Esta pareja de esposos son fiel muestra que acordes, sonatas y composiciones son un buen ingrediente para cultivar el amor.
Jairo Castaño
Fotos: Andrés Felipe Dorado
Especial 24-7Semanario
A Camilo Ciro y Carolina Ramos los uno mucho más que la música. Los une la vida misma. Son pareja desde hace muchos años y se han dedicado a vivir por y para la música. Camilo es considerado uno de los mejores tiplistas de Colombia. Actualmente es estudiante de Dirección de Bandas en Popayán. Se ganó el premio a ‘Mejor Tiplista’ en Antioquia le canta a Colombia. Su participación ha sido destacada en festivales como el Mono Núñez, en Ginebra, Valle, en el Festival del Pasillo en Aguadas, Caldas y en el Concurso Nacional del Bambuco.
Desde pequeño demostró gran pasión por la música. La guitarra fue su amiga fiel por años. Estaba atento no solo a interpretar melodías, sino a crear nuevas. Lo suyo fue la música, pasión que cultivo y perfecciono. Sensible, espontaneo y muy buen ser humano. Muchos afirman que el gusto por el tiple lo heredo de su abuelo Pedro Ciro. Vive con Carolina Ramos y son padres de María Elena e Isabela.
Ella, la cantautora
Carolina Ramos es cantautora. Su voz magistral fue heredada de su padre, el famoso tenor Gustavo Ramos. Desde pequeña demostró, también, que lo suyo era la música y fue cultivando su voz para este arte. Otra de sus pasiones es la composición y son de su autoría temas importantes como ‘Cuando usted me pida’, ‘Prende la radio’, ‘Yuma y la Hija del serenatero’, ente otras. Su participación en festivales nacionales ha sido apoteósica y la han hecho merecedora de muchos premios.
Ella es una mujer agradable, jocosa, excelente madre y entregada a su hogar. Junto con Camilo decidieron crear un hogar y este espacio se ha convertido en un templo para la música. Desde ahí, se crean nuevas composiciones, se escucha música en vivo la mayor parte del tiempo y se acoge a jóvenes músicos quienes llegan ávidos de notas y sonatas.
Padres de dos hijas. En ellas están cultivando la pasión que los une: la música.
