Alimentación callejera, una oferta de riesgo y sin control
Por Jhon Freddy Figueroa
Fotos: María José Cadena
La venta de comidas callejeras se acrecienta en la ciudad y sin ningún control, sobre todo en zonas comerciales de la capital opita. Es una oferta que crece a diario y que es compleja de controlar por parte de las autoridades de salud.
Y es que los bajos costos y la accesibilidad a la variada ‘oferta’ gastronómica hacen que la población pase por alto algunas recomendaciones básicas que pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
“Desde el año pasado hemos realizado control bacteriológico de alimentos como por ejemplo los jugos que venden cerca del parque y todo eso ha salido contaminado con Escherichia coli, una de la bacterias intestinales más comunes” dijo Octavio Blasquez, Técnico área salud de la Secretaría de Salud de Neiva.
El funcionario advierte que la situación es compleja de manejar dado que dichas ventas de alimentos se hacen en lo que se denomina como espacio público; lo cual hace más complejo el control dado que dichas ventas son a su vez ambulantes y no estacionarias.
“Si nos fijamos por ejemplo en las hamburguesas y comidas rápidas que venden en el sector de la calle 8 entre carrera 2 y 3, frente al Éxito y hacer las respectivas recomendaciones que están amparadas por la ley pero iríamos en contravía porque nuestra competencia no es espacio público; y es ahí donde se debe trabajar mancomunadamente” añadió Octavio.
Situación compleja
En algunos análisis que se han hecho a dichos alimentos callejeros se ha podido evidenciar la fuerte presencia en más del 90 por ciento de los alimentos de la bacteria Escherichia coli, la cual advierte Octavio es una contaminación por materia fecal que puede ser producto de no lavarse bien las manos o también que se adquiere porque los alimentos se contaminan cerca de donde se preparan.
“Lo complejo de la situación es que si el análisis se lo tomamos hoy al de la esquina, ya mañana no está ahí y eso cambia todo”, el funcionario advierte así mismo que un análisis exhaustivo a este tipo de alimentación no se realiza de un día para otro.
“Tomamos la muestra hoy y los resultados llegan días después y resulta que el alimento ya ha sido vendido en su totalidad. Para esos análisis hay que hacer un cultivo que en menos de 48 horas no se puede hacer” indicó.
Riesgos a corto y largo plazo
Profesionales en salud así mismo advierten que la creciente demanda alimenticia genera sus riesgos a la población que con suma frecuencia consume este tipo de alimentos ya que exponen su salud debido a la inadecuada manipulación e higiene que existe cuando la preparación es improvisada como lo sostiene Johana Velandía, micro bióloga del laboratorio Agua Limso
“Los riesgos son latos porque las bacterias sueltan unas toxinas que causan intoxicación alimentaria y una muy frecuente es por el agua. Todo lo que tenga que ver con alimentos perecederos es muy delicado y porque cada alimento tiene una bacteria típica que merece cuidado”
Cadena de enfermedades
Sobre el tema también hacen sus advertencias una endocrinóloga y una nutricionista quienes señalan que los riesgos van desde parasitosis y enfermedades infectocontagiosas hasta patologías más complejas como la diabetes o tuberculosis. Es que según indica la nutricionista, Beatriz Eugenia Iriarte Vieco, cualquier comida que se elabora e ingiere en la intemperie atenta contra la alimentación sana.
“Existe una normativa de nivel nacional que regula el tema de las buenas prácticas en la manipulación higiénica de alimentos las cuales son de carácter obligatorio se adopción. Los riesgos del consumo de un alimento contaminado son altos, más cuando no se cumplen con los estándares mínimos” sostiene.
Y es que el hecho de que se prepare a la intemperie ya expone al alimento a una serie de bacterias, virus y bacilos que pueden crear una alteración en la ingesta de alimentos, coinciden las especialistas.
Ni en la limpieza se aleja del peligro. No se trata solo de su elaboración, manipulación y alimentación, pues el aseo de las mismas también implica un riesgo.
Por otro lado, también explica que la reutilización de ingredientes como el aceite, entre otras malas acciones, también genera sustancias tóxicas que pueden afectar el hígado y el estómago y que incluso pueden ser cancerígenas.
También remarcan que los alimentos que se consumen en la calle son portadores de gran cantidad de bacterias y parásitos, que pueden acarrear enfermedades, como Síndrome Urémico Hemolítico, salmonelosis, y shigelosis entre otros, que van desde diarreas y vómitos hasta insuficiencia renal y muerte.
Sinónimo de enfermedades crónicas y cardiovasculares
Cabe destacar que según las estadísticas la principal causa para el sobrepeso y los problemas cardiorrespiratorios está ligada específicamente a la mala alimentación o al exceso de comidas de alto contenido graso.
Precisamente en las comidas denominadas chatarras o comida callejera es donde se encuentra la mayor cantidad de alimentos de esta naturaleza.
«Todo lo que se come en las calles no tiene control de calidad ni de higiene, pero lo más preocupante es que estos alimentos tienen un alto valor de calorías y grasas que conllevan a una serie de enfermedades de alto riesgo», manifiesta la experta.
De acuerdo a lo que explica, la mayoría de los alimentos que se ofertan en diferentes partes de la ciudad como los pollos fritos, las empanadas fritas, las pizzas y otros contienen un alto grado de grasas y glucosas lo cual consumido en exceso provoca alteraciones en el organismo.
Los malos hábitos se transmiten a nuevas generaciones. «Lo más preocupante es que esa cultura está siendo transmitida a las nuevas generaciones y también es un riesgo para el desarrollo de los niños que en lugar de crecer para arriba crecen hacia los lados», manifiesta a tiempo de explicar que al cambiar los hábitos alimenticios se puede originar una serie de enfermedades genéticas.
¿Qué le ponen?
Es cierto que buena parte de los alimentos que se compran en la calle saben muy rico, pero ¿se ha preguntado qué les ponen para que así sea? Estudios de salubridad han comprobado que muchas veces para mejorar el sabor de la comida le agregan cantidades excesivas de grasa y sal, que al ser consumidas con frecuencia y en elevadas proporciones provocan hipertensión.
Pero este no es el único riesgo. Muchas frutas que se ven muy brillantes son limpiadas con grasas no aptas para el consumo humano o, incluso, con saliva. Además, algunos vendedores de paqueticos soplan los empaques para envasar los productos, e ignoran que así transmiten virus y bacterias.
Por eso, antes de consumir comidas callejeras cerciórese por lo menos de que cumplan las mínimas normas de higiene.
Muchas veces, comer algo barato en la calle sale caro.
Razones para no comer en la calle
Manipulación de alimentos. El riesgo se incrementa cuando el vendedor prepara la comida al mismo tiempo que manipula el dinero, o sus uñas están sucias.
Riesgos. Por lo general en estos negocios el agua con que se lavan y preparan los alimentos no es potable, lo cual ocasiona parasitosis o infecciones gastrointestinales.
Peligro. Para darle sabor de la comida le agregan cantidades excesivas de grasa y sal, que al ser consumidos exageradamente provocan problemas obesidad e hipertensión.
Reutilizan el aceite. Su recalentamiento favorece la liberación de polímeros que pueden absorberse con la comida y elevar el riesgo de desarrollar hipertensión.