El presidente Iván Duque instaló ayer el nuevo Congreso de la República para el periodo 2022-2026, en medio de un discurso que fue aplaudido por la bancada de gobierno y abucheado por el grueso de los corporados que apoyan al presidente electo, Gustavo Petro.
En su discurso, Duque expuso sus preocupaciones y puntos de vista sobre diferentes asuntos del país, y le deseó éxitos a quien será su sucesor.
“A la siguiente administración, le deseo éxito en su gestión. Nuestra prioridad es y siempre será Colombia. El próximo 7 de agosto, cuando recupere mi condición de ciudadano, mi voz estará siempre atenta para construir y edificar soluciones”, señaló Duque.
El mandatario aseguró que en los cuatro años de su gobierno se enfrentó a temas como violencia, ataques deshonestos y noticias falsas, así como a retos que, según él, no había enfrentado ningún otro mandatario, como la pandemia del COVID-19, los efectos del huracán Iota, la migración venezolana y la crisis económica mundial por la guerra en Ucrania.
En ese sentido, el mandatario saliente resaltó el reto que le significó enfrentar la pandemia, que afectó la economía mundial y la colombiana, acabando con miles de empleos.
“Debimos suspender las clases en colegios y universidades, limitar interacciones, restringir actividades laborales y pedirles a los colombianos que se quedaran en sus casas por primera vez en nuestra historia”.
En esa línea, resaltó que otro reto que tuvo que enfrentar fue el de la migración masiva de venezolanos y volvió a tildar al gobierno de Nicolás Maduro como un régimen dictatorial.
Aplausos y abucheos
No obstante, más allá del contenido del discurso de Iván Duque, el de ayer será recordado porque fue fiel reflejo de la polarización que vive el país.
El saliente mandatario fue interrumpido en varias ocasiones por la oposición (la misma que pasará a ser la bancada de gobierno con Petro), la cual le recibió con más de un centenar de afiches con las fotos de los líderes sociales que fueron asesinados en este cuatrienio.
Luego, en pleno discurso, le gritaron de forma insistente “mentiroso, mentiroso, mentiroso”, mientras uribistas y conservadores aplaudían cada vez que Duque mencionaba los logros de su gobierno.
Y en un hecho que al menos en los últimos años no se veía, el saliente presidente del Senado, el conservador Juan Diego Gómez, tuvo que interrumpir a Duque para pedirle a los congresistas de la oposición que se callaran y dejaran intervenir al mandatario.
Gómez incluso amenazó con sacar con la Policía al senador Iván Cepeda, quien junto a otros congresistas como Inti Asprilla, a grito entero, insistían en sus cuestionamientos al presidente Duque. Les recordó que además ellos, al cierre del discurso, podían intervenir ante la plenaria.
