A la cárcel Yhonier Leal por asesinato de su mamá y hermano
Atendiendo la solicitud de la Fiscalía, la jueza 14 de control de garantías decidió enviar a la cárcel a Yhonier Leal, al considerar que el sujeto es un peligro para la sociedad y que además podría obstruir a la justicia.
Además, según la juez, no se trató de un homicidio cualquiera, sino de un doble crimen de una gravedad en grado superlativo.
Señaló que evidentemente es grave cegar la vida de cualquier ser humano, pero cegar la vida de la mamá y cegar la vida del propio hermano denota una gravedad absolutamente alta.
Adicionalmente, destacó que fue un doble crimen planeado previamente y con fines económicos.
«El hecho de alterar, modificar o destruir elementos materiales probatorios que pueden servir a la postre de prueba en un proceso penal y de la manera como se hizo es claramente denota la gravedad de una conducta punible», advirtió la juez.
Por ahora, Yhonier seguirá recluido en los calabozos del bunker de la Fiscalía, mientras se define un centro carcelario seguro, para ser procesado por los delitos de homicidio en concurso homogéneo sucesivo y en concurso material y heterogéneo con ocultamiento, alteración o destrucción de elemento material probatorio.
El peluquero Mauricio Leal, que peinó a famosas y estrellas de Colombia, apareció muerto junto a su madre sobre una cama a finales de noviembre.
Leal, un peluquero de 47 años que tuvo una niñez difícil en la ciudad de Cali, y su madre, Marleny Hernández, aparecieron apuñalados sobre una cama en la habitación de una lujosa casa de La Calera, a las afueras de Bogotá, en la noche del 21 del pasado noviembre.
Junto a los cuerpos había una carta manuscrita en la que el estilista decía: «Los amo. Perdónenme, no aguanto más. A mis sobrinos y hermanos dejo todo. Con todo mi amor, perdóname, mamá». Todo parecía apuntar a que el peluquero mató a su madre y luego se suicidó.
Sin embargo, pronto se comprobó que el estilista, ya herido y bajo el efecto de unas pastillas tranquilizantes, fue obligado por su hermano a escribirla, todo dentro de la trama para hacer parecer que era un suicidio, aunque no encajara por las cuchilladas, poco habituales en un suicidio.
Todo apunta a que Jhonier quería quedarse con la herencia de su hermano, fortuna que a su vez las autoridades investigan si fue legítimamente ganada por el peluquero o si, al contrario, está vinculada con lavado de activos.
De hecho, la Fiscalía se incautó, con fines de extinción de dominio, de dos propiedades y dos sociedades que estaban a nombre de Mauricio y cuya sucesión ya había iniciado el ahora señalado asesino. Esos bienes sumarían alrededor de 5.000 millones de pesos (poco más de 1,2 millones de dólares).
Pese a que desde el comienzo Jhoiner Rodolfo Leal Hernández se había declarado ajeno a los asesinatos, la Fiscalía reconstruyó lo ocurrido y el acusado no tuvo otra opción que confesar hoy en la audiencia.
Al contrario de Mauricio, Jhoiner no tuvo suerte en los negocios que emprendió, mientras que a los salones de estética de Mauricio de Bogotá iban reinas de belleza, cantantes y otras figuras del espectáculo.
El parricida y fratricida fue detenido en Bogotá por las autoridades en medio de un espectacular operativo, mientras que la gente no perdía detalle del caso.
Los expertos coincidían en que Jhoiner era el principal sospechoso del doble crimen pues en las entrevistas que dio a medios locales se contradecía y no daba muestras de sufrimiento por la doble muerte.
Una de las cosas que más llamó la atención es que dijo que una herida que tenía en la mano se la había hecho con unas tijeras y, en otra, cambió su versión al decir que se la había hecho con una pared rugosa.
En las audiencias el fiscal del caso dijo que el confeso asesino, que vivía en la misma casa de sus víctimas, primero mató a su propia madre en la habitación en la que dormía y luego fue a la de Mauricio, al que hirió. Al parecer el arma se partió y tuvo que ir a la cocina a por otro cuchillo.
Una vez muertos, movió los cuerpos a una sola habitación para lo cual utilizó guantes para no dejar huellas.
A todo lo anterior se suma que ninguna puerta o ventana de la casa en donde ocurrió el crimen fue forzada y que las cámaras de seguridad dejaron ver que a la propiedad no entró ningún desconocido.
El fiscal le insistió varias veces a Jhonier que no «había crimen perfecto» pese a que planeó durante varios el asesinato de su hermano, que comenzó aseando peluquerías pero que luego montó su propio negocio en Bogotá.
Al aceptar los cargos de homicidio agravado por el parentesco, por estado de indefensión y sevicia, y ocultamiento, alteración o destrucción de elemento material probatorio Jhonier podría ser condenado a una pena entre 45 y 50 años de prisión, pero recibiría una rebaja de la pena de hasta la mitad de la condena.