Neil Armstrong, el primer hombre que pisó la Luna

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El 25 de agosto de 2012 murió Neil Armstrong, el hombre que en 1969 se convirtió en el primer ser humano en poner el pie sobre la Luna. Este 20 de julio se cumplen 50 años de tal hazaña.

Llegar hasta la Luna no es una tarea exenta de riesgos, pese a que los ingenieros que trabajaron en el programa Apolo hicieron lo posible por minimizar la cantidad de cosas que podían salir mal durante el viaje. Además de enfrentarse a los peligros típicos de mandar a alguien al espacio -que el cohete reviente durante el lanzamiento, por ejemplo-, los astronautas pasaron varios días encerrados en su módulo hasta llegar a su destino, aterrizaron en un lugar con un campo gravitatorio distinto, pasearon por la Luna confiando en que sus trajes no fallarían en ningún momento y volvieron a despegar desde la superficie de otro mundo… Para volver a entrar violentamente en la atmósfera terrestre, claro.

Conociendo estos detalles, no es de extrañar que el presidente Richard Nixon tuviera preparado el discurso que iba a pronunciar si las cosas se torcían en la Luna y los astronautas de la misión Apolo 11 nunca regresaban.

Curioso discurso

En el hipotético caso de que la famosa misión espacial de 1969 con destino a la Luna hubiese acabado en desastre -pues existía la posibilidad de que los astronautas de la NASA no pudieran regresar de la superficie de la Luna-, este habría sido el discurso del por entonces presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon:

 

 “El destino ha querido que los hombres que fueron a la luna a explorar en paz permanezcan en la luna para descansar en paz. Estos valientes hombres, Neil Armstrong y Edwin Aldrin, saben que no hay esperanza para su recuperación. Pero también saben que hay esperanza para la humanidad gracias a su sacrificio. Estos dos hombres han sacrificado sus vidas en el objetivo más noble de la humanidad: la búsqueda de la verdad y la comprensión.

Serán llorados por sus familiares y amigos; serán llorados por su nación; serán llorados por la gente del mundo; serán llorados por una Madre Tierra que se atrevió a enviar a dos de sus hijos a lo desconocido.

En su exploración, animaron a las personas de todo el mundo a sentirse como una sola; en su sacrificio, unen con más fuerza a la hermandad del hombre.

En la antigüedad, los hombres miraban las estrellas y veían a sus héroes en las constelaciones. En los tiempos modernos, hacemos lo mismo, pero nuestros héroes son hombres épicos de carne y hueso.

Otros seguirán, y seguramente encontrarán su camino a casa. La búsqueda del hombre no será negada. Pero estos hombres fueron los primeros, y seguirán siendo los primeros en nuestros corazones.

Por cada ser humano que mire a la luna en las noches venideras, sabrá que hay un rincón de otro mundo que es para siempre la humanidad”.

 

Afortunadamente, este discurso redactado por William Safire -columnista galardonado del diario The New York Times-, que ensalzaba el sacrificio de los astronautas pues, en el caso de que no pudieran volver “los astronautas acabarían por morir de hambre o tendrían que suicidarse», nunca tuvo que llegar a ser pronunciado, puesto que la misión fue todo un éxito y el hombre pisó la Luna por primera vez.

«En tiempos antiguos, el hombre miraba a las estrellas y veía héroes en las constelaciones. En tiempos modernos hacemos lo mismo, pero nuestros héroes son hombres épicos de carne y hueso».

La famosa frase

Curiosamente, la famosa frase de Armstrong de «un pequeño paso para el hombre, pero un gran paso para la humanidad» fue criticada porque suena un poco rara, ya que lo correcto sería decir «un pequeño paso para un hombre». Al principio se atribuyó el fallo a los nervios del momento, pero un análisis de las transmisiones hecho en 2006 reveló que Armstrong había dicho bien la frase («a small step for a man») y que el fallo estaba en la transmisión.

 

 

Después de servir en la guerra de Corea como piloto, estudiar ingeniería aeronáutica, trabajar de piloto de pruebas y de astronauta, de profesor de universidad e incluso de visitar el polo norte con el explorador Sir Edmund Hillary, Neil Armstrong falleció por las complicaciones surgidas durante un bypass coronario arterial. Por desgracia, no es un final descabellado para un astronauta: parece que los ellos tienen un mayor riesgo de sufrir problemas cardiovasculares que los que nos quedamos en tierra firme.

Neil Armstrong, el primer hombre que piso la luna.

Este 20 de julio se cumplen 50 años de haber llegado el hombre a la luna.

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