Los concejales Dolcey Andrade y Marco Alirio Carrasquilla, dos de los seis que quedaron en libertad, pero vinculados al proceso por la supuesta elección irregular de la personera y el contralor de Neiva, afirman que no tienen nada que ocultar, están prestos a colaborar para que se aclare el proceso y que seguirán trabajando por la comunidad porque para eso fue que los eligieron.
Aseguran que fue una experiencia que los deja marcados por la forma como actuó la Fiscalía, que según ellos no era necesario tanto despliegue para llevar a declarar a un grupo de concejales que en Neiva todo el mundo conoce y saben dónde ubicarlos.
Además le contaron a LA NACIÓN, como fueron los momentos del día de la captura y las tres semanas en los calabozos de la URI y del palacio de justicia. La alegría de volver a la libertad y lo que les espera de ahora en adelante.
El DRAMA DE LA CAPTURA
El 23 de agosto de este año marcó para siempre la vida del concejal Dolcey Andrade, ese día a las 8:34 minutos de la mañana, En plena sesión del Concejo de Neiva y mientras discutían sobre el proyecto de alumbrado público para la ciudad, agentes del Cuerpo Técnico de Investigaciones, CTI, irrumpieron en las instalaciones del cabildo y procedieron a capturar a ocho concejales.
La sesión la presidia el concejal Dolcey Andrade, quien en el momento no entendía lo que pasaba, hoy cuando ya recuperó la libertad, revivió esos momentos y deduce que para su criterio no había necesidad de que los trataran de esa manera.
“El Concejo de Neiva es un recinto que merece respeto, la Fiscalía pudo haber esperado que terminara la sesión y luego proceder, nosotros no nos íbamos a escapar porque no tenemos nada que ocultar. Nos sacaron y nos subieron a los carros como quien lleva ganado”, expresó el concejal Dolcey Andrade.
Luego nos llevan a un sitio deprimente –continuó- como son los calabozos de la URI, donde nos tocó dormir en el piso, de almohada utilizamos un rollo de papel higiénico. El que más sufrió en ese lugar fue el concejal Jesús Garzón, por su condición de ser una persona de edad y estaba enfermo. Los baños estaban horribles, estando ahí encerrados decidieron cambiarlos, pero no los alcanzamos a usar porque nos trasladaron para el palacio de justicia”.
En el palacio de justicia a pesar de que las condiciones no eran las mejores, estuvieron “más cómodos” que en la URI, les dejaron entrar colchonetas y ventiladores.
“Las familias de los concejales que estábamos ahí se unieron para llevarnos la comida todos los días. Personas que nos aprecian también nos colaboraron con la alimentación. Sin embargo yo estaba tranquilo, yo soy muy llorón, el día de la audiencia casi no lloré porque sabía que iba a quedar libre. Apenas en medio de la audiencia me dijo la juez que estaba libre pedí permiso para ir al baño, apenas me asomé a la puerta toda la gente me aplaudió y me felicitó. A un costado estaba mi mamá, nos abrazamos, lloramos, ella me dijo: mi hijo gracias a Dios lo tengo otra vez.
“Fue un momento muy duro para mi familia, yo soy el que respondo por ellos, mi papá es minusválido, veo por ellos al igual que por mucha gente pobre que vive en esta zona (comuna nueve). Por eso estaban tan alegres el viernes cuando supieron que estaba libre, por la noche pusieron música, en los asentamientos donde viven las personas con las que realizo el trabajo social y en el barrio donde vivo los vecinos también querían celebrar, yo no fui a ninguna parte, solo quería estar con mi mamá”.
El sábado por la mañana Dolcey madrugó para el Concejo, a seguir con su trabajo como coadministrador del Municipio. Se sentó en el mismo puesto de donde se lo llevó el CTI el 23 de agosto, en la mesa directiva al lado del presidente de la corporación y participó del desarrollo del orden del día, que incluían la renuncia de la personera y la posesión del nuevo contralor.
“Me senté nuevamente en mi puesto con la frente en alto porque nada debo. Son 30 años de trabajo con la comunidad, la menos favorecida que fue la que me eligió y por la que trabajo. Yo no tengo partido político de renombre ni grandes amigos, intente durante cinco veces llegar al concejo sin invertir plata hasta que lo logre. Por eso ahora lo que sigue es seguir trabajando por la comunidad”.
CONCEJAL CARRASQUILLA
El concejal Marco Alirio Carrasquilla, durante los días que estuvo en cautiverio pudo comprobar el aprecio que le tiene la comunidad, las manifestaciones de solidaridad de su grupo y la unión familiar hicieron más llevaderos esos días.