Fotos: Carlos Urrea
Muy pocos alcanzan a dimensionar lo que fue la avalancha del río Neiva el pasado 22 de febrero. Hoy el reporte de las autoridades da cuenta de más de 1.000 familias damnificadas y millonarias perdidas materiales.
Afortunadamente la creciente súbita fue en horas de la mañana porque de haber sido en la noche, la tragedia hubiese sido de mayores proporciones con victimas fatales. A pesar de que la ayuda gubernamental ha llegado y la solidaridad de los huilenses se ha manifestado, aún hay quienes necesitan más donaciones.
Ahora preocupa el polvo y las epidemias que puedan surgir a causa de agua estancada y presencia de algunas plagas y para ello, Salud Departamental ha anunciado un completo plan de atención a las localidades afectadas.
Las imágenes hablan por si solas.