Después de 10 años, la justicia está llegando a la familia de Diego Felipe Becerra, el joven grafitero asesinado el 19 de agosto del 2011 en la avenida Boyacá por un miembro de la Policía de Bogotá, quien, en compañía de varias personas, hoy condenadas, trataron de manipular la escena del crimen.
Ayer se conocieron las penas que deberán cumplir los sindicados de la trama que pretendía justificar la muerte del menor de edad, a quien querían culpar de estar armado y robar un bus de transporte público.
De los seis condenados, cinco eran uniformados: el coronel Nelson de Jesús Arévalo, quien era el comandante de la estación de la Policía de Suba, fue sentenciado a 22 años de prisión.
El teniente Rosemberg Madrid Orozco, comandante del CAI de Los Andes, 11,7 años; el subintendente Juan Carlos Leal, también del CAI Los Andes y quien fue el primer respondiente del caso, 20 años y cinco meses; el subintendente Fléiber Zarabanda, del CAI de Alhambra y uno de los que llevó el arma a la escena del crimen, 20 años y cinco meses, y Wílmer Alarcón, quien disparó contra Diego Felipe y participó del montaje, a 20 años y cinco meses. Esto se suma a los 37 años y seis meses por el homicidio.
Otro condenado fue el abogado Héctor Hernando Ruiz, asesor jurídico de la Policía Metropolitana de Bogotá para ese entonces, a 22 años de cárcel.
El padre del menor artista, Gustavo Trejos, le dijo a EL TIEMPO cuál es su opinión sobre esta decisión.
“Si esos son los años de prisión, no habría problema. Lo que sí vamos a apelar es la abosilución de Nubia Maecha y Jorge Narvaez. Lo mismo que la absolución de José Javier Vivas y John Harvey Peña”, manifestó Trejos. La defensa de los sentenciados también apelarán esta determinación.
