OMS: El COVID-19 está revirtiendo décadas de progreso en salud, educación y la lucha contra la pobreza.

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La pandemia del coronavirus va a disparar la pobreza y las desigualdades en América Latina y el Caribe, según advirtió este jueves la ONU, la cual reclamó a los Gobiernos de la región y a la comunidad internacional un apoyo decidido a las personas más vulnerables.

En un nuevo informe del Observatorio COVID-19 de la CEPAL, el secretario general de la organización, António Guterres, recordó que Latinoamérica se ha convertido en uno de los epicentros de la pandemia, con varios países que tienen algunas de las mayores tasas de contagio per cápita en todo el mundo. La crisis del coronavirus ha llegado además a la región en un momento especialmente complicado, pues ya venía de años de dificultades económicas, con un crecimiento muy débil y lastrada, entre otras cosas, por un grave problema de desigualdad.

La ONU espera que el Producto Interior Bruto de Latinoamérica y el Caribe se contraiga este año un 9,1%, en lo que será la «mayor recesión económica en 100 años». Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), organismo dependiente de Naciones Unidas, se prevé una caída de alrededor del 20% en las exportaciones y en las remesas, dos de las grandes vías de ingresos para la región.

El Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU en un informe anual establece que la pandemia de COVID-19 está revirtiendo décadas de progreso en salud, educación y la lucha contra la pobreza.

El esfuerzo global de 15 años para mejorar la vida de las personas en todo el mundo a través del logro de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030 ya estaba fuera de curso a fines de 2019.

Y ahora, la pandemia de COVID-19 ha desatado una crisis sin precedentes, causando más interrupciones en el avance de los ODS en poco tiempo, según el Informe de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2020.

Con base en los últimos datos y estimaciones, este informe anual muestra que la COVID-19 está afectando más a las personas más pobres y vulnerables del mundo, incluidos niños, adultos mayores, personas con discapacidades, migrantes y refugiados.

Se estima que 71 millones de personas regresarán a la pobreza extrema en 2020, el primer aumento de la pobreza mundial desde 1998.

«Los principios sobre los cuales se establecieron los ODS son clave para reconstruir mejor la recuperación posterior a la COVID-19», sostuvo el subsecretario general de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU, Liu Zhenmin.

La pandemia de COVID-19 se ha convertido en la peor crisis humana y económica del mundo, con una cifra global de muertes superior a las 500.000 y más de once millones de casos confirmados.

Pobreza con «rostro de mujer»

Desde el punto de vista social, eso se va a traducir en un claro aumento de la pobreza, según subrayó la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena, en un encuentro virtual con periodistas. Se prevé que 45 millones de personas caigan este año en la pobreza, para un total de 230 millones en la región.

Mientras, hasta 28 millones de personas más quedarán en situación de extrema pobreza, elevando el total hasta 96 millones. Estos son ciudadanos que no podrán siquiera cubrir sus necesidades alimentarias básicas, según Bárcena.

La pobreza, destacó además, tiene «rostro de mujer» y afecta de forma desproporcionada a los pueblos indígenas y afrodescendientes. También disparará la vulnerabilidad de migrantes y refugiados, avisa la ONU.

Una desigualdad insostenible

En la que ya era según muchos indicadores la región más desigual del mundo la pandemia no hará más que agravar el problema, según Naciones Unidas, que defiende que esta cuestión tiene que estar muy presente en los planes de recuperación tras la crisis.

«Para reconstruir mejor es necesario transformar el modelo de desarrollo de América Latina y el Caribe», defendió en un mensaje en vídeo Guterres, que denunció que «los niveles de desigualdad se han vuelto ya insostenibles» en la región. Así, la ONU pide el desarrollo de sistemas tributarios más justos, de empleos decentes, un fortalecimiento de la sostenibilidad ambiental y un refuerzo de los mecanismos de protección social. También reclama una mayor integración económica regional y la plena participación de las mujeres en la vida pública y económica.

«Por último, para reconstruir mejor, hay que reforzar la gobernanza democrática, la protección de los derechos humanos y el estado de derecho. En un momento en el que demasiados ciudadanos y ciudadanas se sienten excluidos, la rendición de cuentas y la transparencia son fundamentales», subrayó Guterres.

A más corto plazo, Naciones Unidas plantea a los Gobiernos toda una serie de recomendaciones para responder a la crisis, empezando por facilitar ingresos básicos de emergencia durante seis meses a las personas en situación de pobreza y bonos contra el hambre para quienes lo necesiten.

También se recomiendan subsidios para las microempresas y el rescate de grandes compañías estratégicas, pero siempre con condiciones, como que no inviertan en paraísos fiscales, que no distribuyan beneficios y que preserven la relación laboral con sus empleados, explicó Bárcena. La responsable de la Cepal recordó además que en la región se da una «evasión fiscal muy alta» y que combatirla daría más recursos para la inversión social.

La ONU pide también a la comunidad internacional que dé apoyo urgente a los países latinoamericanos con liquidez, asistencia financiera y medidas de alivio de la deuda, no solo para las naciones más pobres. (Información DW y Xinhua).

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